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Uno de los grafitis de Esmirna. / Archivo
Los milenarios grafitis griegos
LA OTRA HISTORIA

Los milenarios grafitis griegos

La ciudad de Esmirna cuenta con un millar de inscripciones helenísticas del siglo III

D. VALERA

Sábado, 10 de agosto 2013, 09:36

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Al pasear por un parque es habitual encontrar en las cortezas de los árboles diversas inscripciones, desde declaraciones de amor simbolizadas con un rudimentario corazón, hasta mensajes de burla, insultos o simplemente el clásico 'yo estuve aquí' que también adorna desafortunadamente las fachadas de numerosos monumento poniendo en peligro su conservación. En cualquiera de los casos, los autores buscaban que sus mensajes perduraran en el tiempo. Los mismos deseos de amor, burla, o simple entretenimiento pueden observarse en los más de 1.000 grafitis de la ciudad de Esmirna, la mayor colección de inscripciones helenísticas.

Los grafitis se descubrieron en el sótano del ágora de Esmirna (actual Turquía) y están datados entre el siglo II y III cuando la ciudad ya formaba parte del Imperio Romano pero conservaba parte de sus tradiciones helenísticas. Las inscripciones están realizadas sobre las paredes de yeso del local y aunque se tuvo constancia de ellos por primera vez en unas excavaciones anteriores a la Segunda Guerra Mundial, no se realizó un estudio en profundidad hasta las recientes investigaciones arqueológicas.

Los investigadores han clasificado las inscripciones según su tipología. De esta manera 200 grafitis están griego, mientras que el resto son ininteligibles o simples dibujos y garabatos. Entre los mensajes descifrados destacan aquellos de temática amorosa. 'Amo a una mujer cuyo número es 1308', dice uno de ellos. Aunque parezca una declaración poco romántica, los investigadores aseguran que se trata de simples trucos numéricos. En la colección también pueden encontrarse mensajes de agradecimiento: 'Él me ha curado los ojos rápidamente', no queda claro si referido a un curandero o algún dios.

En cualquier caso, estas inscripciones sirven para conocer las inquietudes de los ciudadanos de la época. Por ejemplo, destacan los dibujos de barcos comerciales y de guerra pintados con sorprendente precisión. También retratan los míticos combates de gladiadores exportados desde Roma y que fueron una importante herramienta de asimilación de otras culturas para los romanos. En algunos casos, el dibujo de estos luchadores estaba acompañado por sus nombres, lo que permite su identificación.

Otra serie de grafitis consisten en meros juegos de palabras o códigos de letras que los investigadores se afanan por desentrañar. Es como si aceptaran resolver un reto planteado por alguien hace casi dos milenios. Por su puesto, también hay lugar para dibujos mucho más vulgares de genitales masculinos y femeninos que ponen de manifiesto que el mal gusto siempre estuvo presente.

Uno de los aspectos que más ha sorprendido a los arqueólogos tiene que ver con la posibilidad de que algunas de las inscripciones hagan referencia al cristianismo primitivo: 'El mismo valor; el Señor: 800' puede leerse en uno de ellos. Los investigadores recuerdan que en Esmirna fue martirizado el obispo Policarpo en el año 155, por lo que es normal que estos mensajes estén escritos en clave.

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