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Juan Carlos Aguilar, el maestro shaolín detenido. / Foto: RC | Vídeo: Atlas
El shaolín no es shaolín
conmoción en bilbao

El shaolín no es shaolín

Juan Carlos Aguilar, arrestado por matar a una colombiana y dejar en coma a una nigeriana, "ni es monje ni maestro"

SOLANGE VÁZQUEZ

Jueves, 6 de junio 2013, 21:34

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A medida que se van conociendo detalles sobre Juan Carlos Aguilar, asesino confeso de una mujer colombiana a la que descuartizó y autor de una paliza a una nigeriana que falleció tras permanecer unos días en coma, el macabro suceso va adquiriendo tintes más novelescos. Porque, al parecer, el impresionante currículum del experto en artes marciales -que le sirvió de gancho para abrir un gimnasio de renombre en Bilbao y para aparecer en los medios de comunicación- tiene una gran parte de farsa. El responsable de Bienes Intangibles del Templo Shaolín de China ha declarado a El Correo que se han quedado "atónitos al conocer las noticias del crimen de Juan Carlos Aguilar". Según ha explicado de forma escueta, el detenido "estudió kung fu en los años 90 en el centro de entrenamiento del Templo Shaolín que pertenecía al Gobierno y que no tiene relación ni religiosa ni política con el Templo Shaolín de China". "Que Buda bendiga a las dos víctimas", añade. Así, Aguilar podría haber sido uno de los muchos amantes de las artes marciales que acuden cada año a las más de cien escuelas de kun fu que han proliferado en el entorno del verdadero monasterio de esta disciplina milenaria, situado en la provincia de Henan.

La 'filial' española de este mítico templo, el Shaolin Temple Spain -el único centro del país que ha sido reconocido por la 'casa madre'- ha afirmado que Aguilar "ni es monje ni maestro shaolín" y que, además, "carece de todos los requisitos imprescindibles para serlo". Cárlos Alvarez, maestro y representante de este organismo, ha asegurado que, "desgraciadamente, muchos certificados chinos son obtenidos de forma irregular". "Hoy en día, hay muchos maestrillos que por haber ido a China y hacerse fotos con monjes o contratar a monjes para que den cursos en sus escuelas ya dicen ser maestros o discípulos de alguien", ha advertido. Y otros, ha continuado, compran sus títulos "en cualquier escuela" de China o en España, "en cualquier federación de artes marciales". A veces, ni siquiera se molestan en viajar al gigante asiático para codearse con expertos o comprar titulaciones, "simplemente se visten con ropa shaolín y se hacen llamar así". De este modo pretenden aprovecharse del tirón que tiene este nombre, vinculado a una exquisita disciplina, solo reservada a los mejores y que requiere una durísima preparación.

Titulo auténticos, sólo en China y en el templo

Por eso, Álvarez ha insistido en la importancia de "reconocer a un verdadero maestro" no solo por su atuendo, por lo que dice ser o por los certificados y fotos que exhiba en su escuela. De hecho, ha recordando que los auténticos títulos shaolín solo los entregan los maestros en el templo y en China. "Me duele mucho ver un acto como éste y que se vea implicado el nombre de un arte tan milenario", ha manifestado el maestro, que ha expresado su deseo de que la mujer agredida se recupere, de que se esclarezcan los hechos y de que "la Justicia actúe de forma implacable".

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