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Los bebés aprenden desde el vientre materno. / Archivo
'Mamá, háblame, que te escucho'
investigación

'Mamá, háblame, que te escucho'

Un estudio realizado por la Universidad de Washington demuestra que los fetos de poco más de seis meses ya reconocen los sonidos particulares de su idioma nativo

LUCÍA PALACIOS

Domingo, 21 de julio 2013, 02:05

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La habitual 'charla' de una futura mamá con su bebé todavía en el vientre resulta que no es solo un gesto de cariño y abnegación, sino ya toda una clase de aprendidaje. Y es que las primeras lecciones de lengua empiezan en un aula muy especial: el útero materno. Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Washington ha dejado claro que los bebés son capaces de diferenciar los sonidos de su idioma nativo -frente a los de una lengua extranjera- desde pocas horas después de nacer.

Esta nueva investigación demuestra que los mecanismos sensoriales y cerebrales de la audición se desarrollan a las 30 semanas de gestación, lo que viene a decir que los fetos escuchan a sus madres hablar durante las últimas diez semanas de embarazo. Lo que principalmente reconocen los bebés son lo sonidos vocalicos -ya que son las unidades más fuertes- de su idioma materno, puesto que la voz de la madre es la única voz que escuchan y reconocen antes de nacer.

Para realizar este estudio, los investigadores seleccionaron a un total de 80 niños de apenas 30 horas de vida y, para estar más seguros de su tesis, establecieron dos grupos: 40 bebés procedían de Tacoma (Estados Unidos) y los otros 40 de Estocolmo (Suecia), para demostrar que reconocían el inglés y el sueco como idiomas, respectivamente. Estos recién nacidos escucharon sonidos vocálicos tanto en su lengua materna como en otras. Y su interés en los sonidos fue medido por el tiempo que succionaban un chupete conectado a un ordenador: la succión era más larga o más corta dependiendo de si el sonido les era familiar o no. La conclusión que sacaron es que en ambos países los bebés succionaron más tiempo cuando escucharon el idioma extranjero que cuando se trataba de la lengua materna. Y por todos es sabido que los niños se aferran más a su chupete cuanto más incómodos o desconsolados se sienten.

Esta investigación, que se publicará en el próximo número de la revista 'Acta Paediatrica', supone un paso más en la tesis de que los bebés están preparados para aprender incluso antes de nacer. Por tanto, la madre tiene el privilegio de ser la primera en influir en el cerebro del niño. Todo un honor y una responsabilidad.

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