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Controlar los efectos del paso del tiempo sobre el organismo es uno de los sueños del ser humano. / Archivo
Hacia la eterna juventud
SALUD

Hacia la eterna juventud

Científicos japoneses descubren la proteína que podría ser la responsable del envejecimiento humano

M. E. ALONSO

Sábado, 16 de junio 2012, 09:30

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Desde tiempo inmemorial el ser humano ha soñado con controlar los efectos del paso del tiempo en su organismo. Hoy, gracias a los avances de la ciencia, la concreción de ese sueño está cada vez más cerca. Un grupo de científicos de la Universidad de Osaka ha descubierto que la proteína C1q., uno de los componentes del sistema del complemento humano, es directamente responsable del envejecimiento.

Anteriormente se pensaba que esta proteína, como otras del sistema, únicamente ayudaba a proteger al cuerpo de agentes externos, además de ser parte de la formación del sistema inmune del ser humano. Sin embargo, los investigadores nipones han podido dar con su verdadero cometido. Y no sólo eso: han aprendido a controlarla, bloqueando casi totalmente el proceso de envejecimiento de las células.

Pero la manipulación de esta proteína no ofrece únicamente efectos positivos. Al "adormecerla" y frenar el proceso de envejecimiento también se bloquea parcialmente el sistema inmunológico del individuo en cuestión. De la fórmula para establecer un equilibrio entre ambos funcionamientos podría derivar el ansiado elixir de la eterna juventud.

Una búsqueda exhaustiva

El estudio japonés se suma al realizado por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que avanzan en el análisis de un gen que podría ser el responsable de que las células vivan el doble de tiempo de lo normal.

En sus ensayos con células de levadura los investigadores han podido comprobar que éstas se dividen, normalmente, unas treinta veces antes de morir. Y resulta muy fácil distinguir las células viejas de las jóvenes en tanto adquieren estructuras anómalas en el nucleolo. Al activar uno de sus genes -el NDT80- los defectos del nucleolo se repararon, como lo hubiera hecho una célula joven, con lo que ésta vivió el doble de lo previsto.

Este espectacular hallazgo, sin embargo, no es definitivo. De hecho, la misión principal de la proteína que fabrica el gen NDT80 no es otra que la de activar otros genes. Por eso, los biólogos del MIT intentan localizar cuáles son esos 'otros genes' a los que el NDT80 está apuntando y que podrían tener, también, un papel importante en el proceso de envejecimiento.

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