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MACROEVENTO EN VALENCIA

Héroes de la informática

La Campus Party celebra su XVIII edición y se consolida como uno de los mayores motores de innovación y promoción de nuevos talentos en España

CARLOS ZAHUMENSZKY

Miércoles, 21 de julio 2010, 22:55

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"Ser campusero es ser un héroe". Así de contundente se muestra Steve Wozniak, cofundador de Apple y padre del concepto moderno de ordenador portátil al referirse al talento de los participantes en el macroevento informático conocido como Campus Party. Lo que en su día comenzó como una LAN Party (una acampada en la que cientos o miles de asistentes interconectan sus equipos para jugar o intercambiar software) hoy es un proyecto internacional con la innovación, el arte y el desarrollo científico como principales motivaciones.

La edición de este año, que tendrá lugar entre los días 26 de julio y uno de agosto, no ha comenzado con buen pie. Los responsables de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia echaron un jarro de agua fría sobre los organizadores al denegar, el pasado mes de mayo, los permisos para que Campus Party se celebrara en el espacio de El Ágora, último edificio diseñado por el faraónico arquitecto Santiago Calatrava sobre los terrenos robados al río Turia. Con El Ágora en obras, los organizadores del evento se vieron obligados a recortar el número de participantes a la mitad.

La edición 2010 tendrá cabida para un total de 3.400 personas, repartidas entre 1.500 asistentes con ordenador de sobremesa, 700 con equipo portátil que podrán vagar a sus anchas por el recinto o repatingarse en salas llenas de sofás, y otras 1.200 plazas que se venden en forma de pases con portátil para un sólo día, las únicas que todavía están disponibles en la web. Pese a haberse visto jibarizada por imponderables de la arquitectura, el proyecto Campus Party no pierde fuelle y va más allá de tierras valencianas.

Eventos homónimos ya se celebran desde hace cuatro años en Brasíl, desde hace tres en Colombia, y también en México, en El Salvador y, por primera vez este año, en Madrid. La comunidad virtual permanente generada por el proyecto ya asciende a 65.000 campuseros de todo el mundo.

Hacia una mente colectiva

El auténtico objetivo de Campus Party y Futura Networks es, precisamente, la creación y mantenimiento de una comunidad permanente de locos por las nuevas tecnologías. Una comunidad cuyo talento y ganas de innovar han impresionado al mismísimo Wozniak, toda una leyenda en el mundo de la informática. El cofundador de Apple ofrecerá una conferencia el próximo martes. Le seguirán otras figuras en sus respectivos campos como el publicista italiano Oliviero Toscani, el astrofísico español Pedro García Lario o Paul Puig, experto en redes sociales y creador del servicio Twittexperts. Por el salón de actos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias ya han desfilado, en anteriores ediciones, personalidades como Neil Armstrong, Al Gore, o el alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani. Las grandes figuras de la ciencia, la tecnología, o la política no son lasúnicas en sentirse atraídas por el espíritu campusero.

Muchas empresas de software y productos tecnológicos participan en la Campus por la oportunidad que brinda la fiesta de reclutar a jóvenes talentos o descubrir nuevas soluciones comercializables desarrolladas por la comunidad de asistentes. Es el caso, por ejemplo de Medion, la pequeña multinacional alemana, única empresa de origen europeo dedicada al ensamblaje de ordenadores, participará en la feria por la oportunidad que suponen los talleres de 'moding' (tuning de ordenadores) para perfeccionar los sistemas de refrigeración e insonorización de sus equipos.

Intel, Nokia, Nintendo o Coritel también aprovechan la Campus Party tanto para dar a conocer sus productos al público que más loco está por ellos, como para captar nuevas ideas y jóvenes promesas de las nuevas tecnologías. En el campo de la investigación, la colaboración online entre grupos de campuseros es especialmente remarcable en campos como la robótica aplicada o la astrofísica. A la primera arena saltan este año expertos internacionales como Bram Vanderborght, toda una figura en el campo de la robótica asistencial, o Bob Allen, reconocido investigador en el campo de los robots domésticos. La empresa española AlSoy Robotics presenta este año en la campus el AlSoy 1, un prototipo de androide capaz de relacionarse a nivel social, aprender y evolucionar de una manera emocional.

Un año de contrato

La edición 2010 sirve también para presentar el "Iron Geek", una especie de Gimkana tecnológica en la que 200 participantes deberán demostrar sus habilidades en las cuatro áreas que forman la Campus: ciencia, innovación, creatividad y ocio digital. El premio para el ganador consiste nada menos que en un contrato remunerado de un año con la organización de Campus Party durante el que formará parte del equipo que monta los eventos de cada país. Aunque la Campus es, cada vez más, un motor para el emprendizaje y la innovación, la cita no ha perdido el componente lúdico. Los mismos ingenieros y geeks que desarrollan soluciones de software o prototipos de robots siempre se dan un respiro para saludar en persona a amigos que han conocido a través de las distintas redes sociales (algo que se conoce como "desvirtualizar"), echar una partida a videojuegos online o aprovechar para ponerse al día de las últimas series de TV, cómics o películas de culto.

En este sentido, existe la creencia popular de que eventos como la Campus son grandes acampadas en las que los asistentes se dedican casi exclusivamente a la descarga y el pirateo de películas, series o música. Miguel Angel Expósito, Director de CampusParty desmiente de forma tajante este extremo: "Eso no tiene nada que ver con la realidad. La gente no viene a la Campus a eso y la descarga de contenidos es anecdótica". La realidad para cualquiera que visite la Campus o su prima del norte, la veterana Euskal Encounter, que se celebra estos días en el Bilbao Exhibition Centre, es que la descarga de contenidos es algo más que anecdótica.

Afortunadamente, el modelo de negocio cultural está cambiando para bien y los servicios legales de música y vídeo en 'streaming' como Spotify están reduciendo al mínimo esa práctica. El puñado de series de TV o películas que cambian de manos es un precio pequeño para miles de jóvenes talentos cuyos equipos contribuyen a investigar en proyectos online como Rosetta o BOINC, proyectos virtuales que heredan los sistemas de computación en nube del programa SETI para luchar contra enfermedades como el cáncer, el SIDA o la Malaria. El futuro de muchas tecnologías y personas depende, mal que les pese a algunos, de este grupo de locos por los ordenadores.

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