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Masía Enís d'Empordà.
Las mejores masías de Cataluña

Las mejores masías de Cataluña

Es la mejor forma de desconectar y sentirse parte del entorno, ya que se alejan de la imagen típica de un hotel

Guía Repsol

Viernes, 14 de agosto 2015, 17:32

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En Andalucía tienen cortijos, caseríos en el País Vasco y en Catalunya las masías, casas de campo con terreno de cultivo que con el tiempo se han ido convirtiendo en un tipo de alojamiento muy demandado para hacer escapadas o pasar todas las vacaciones. La mejor forma de desconectar y sentirse parte del entorno, ya que se alejan de la imagen típica de un hotel. Con cuidada decoración, grandes muros de piedra y gastronomía local, estas masías son el lugar perfecto para apagar el teléfono y dejar en la puerta el estrés.

Encís d'Empordà

Situada en el pueblo medieval de Casavells, esta masía fue construida en el siglo XVI y varias remodelaciones la han convertido en una de las mayores de la zona. Su peculiaridad radica en que es un alojamiento únicamente destinado al público adulto y con solamente siete habitaciones, garantizando una desconexión total, ya sea en el jardín que la rodea o en la piscina.

El exterior es hechizante (Encís significa hechizo) gracias al jardín mediterráneo y la paz que se respira escuchando el rumor del agua proveniente de la antigua pila de lavar o del estanque, donde no faltan ni peces ni nenúfares. Será difícil abandonar, aunque sea por unas horas, la masía para hacer turismo por la zona. Pero hará que merezca la pena recorrer lEmpordà y regresar después a nuestro oasis particular.

En Encís dEmpordà no se descuida ningún detalle y cada estancia ha sido aprovechada para hacernos sentir mejor que en casa y es algo que podemos sentir ya desde el desayuno, preparado con productos locales y de temporada. Nada más entrar en la masía se siente una gran cantidad de luz natural. No en vano, sirvió años atrás como lugar de inspiración para un antiguo pintor que trasladó aquí su estudio para, precisamente, aprovechar esta luz que también domina no solo las estancias comunes sino las habitaciones, que reciben cada una el nombre de personajes tradicionales catalanes o que fueron relevantes en la historia de la comarca.

Las playas de la Costa Brava, a pocos kilómetros del alojamiento o un paseo por los bosques de alcornoques de Les Garraves es tan solo una de las opciones de ocio que tenemos. Los más inquietos podrán también saciar su curiosidad cultural, ya que a apenas 30 kilómetros, en Figueres, se encuentra el museo Dalí y un rico patrimonio histórico, legado de antiguas civilizaciones que también se enamoraron de esta parte del litoral catalán. Golf, gastronomía y otras actividades deportivas completan la oferta turística.

Mas Corbella

Son tres las casas que componen esta masía, pudiendo ser reservadas de manera conjunta o individual y que consta de un total de 25 plazas. Casa Graner, Casa Pairal y Casa Masoveria están ubicadas en una finca de 60 hectáreas, lo que nos da una sensación de estar rodeados por completo de naturaleza. Cuenta con zona de barbacoa, un gran porche de 100 metros cuadrados, piscina e incluso una zona de baño natural en la parte del río que atraviesa el jardín. Mas Corbella cuida además el entorno en el que se encuentra, reciclando las aguas residuales y empleando caldera de biomasa o aprovechando los productos de su propio huerto para elaborar los servicios de cocina y catering que también ofrecen.

Esta masía puede presumir de estar ubicada a medio camino del Parque Natural de las Montañas de Prades, las playas tarraconenses y a solo hora y media de Barcelona. De esta manera, seamos como seamos encontraremos las actividades que mejor se adapten a nuestras vacaciones. Es además el punto de partida perfecto para realizar la Ruta del Císter, un recorrido por algunos de los más impresionantes monasterios reales de Catalunya. Y si vamos con niños, les encantará saber que Port Aventura está a apenas media hora de Mas Corbella.

Can Cuch

Cualquiera de las 11 habitaciones de esta masía (una de ellas una suite de 75 metros cuadrados) nos servirá para evadirnos del estrés diario. La que en el siglo X fuera una pequeña edificación de campo, ha ido convirtiéndose en lo que actualmente es un auténtico paraíso para recargar las pilas. Situado en el Parque Natural del Montseny, Can Cuch tiene una piscina rodeada de árboles y una terraza chill-out con unas vistas impresionantes, donde tomar una copa, escuchar música en directo o preparar las actividades del día siguiente.

Pese a que todas sus habitaciones están decoradas con colores cálidos y guardando algunos elementos de la estructura original, es Les Golfes, la suite principal, la que se convierte en protagonista. Jacuzzi, terraza privada y varias claraboyas para ver las estrellas desde la cama son solamente algunos de sus encantos.

La comarca del Montseny ofrece innumerables actividades para los más activos: recorridos en bicicleta, vuelos en globo o excursiones a caballo son solamente algunos de los deportes con los que podremos fundirnos en el entorno. Pero además, si queremos algo más relajado, nada como una cata de vinos o de cervezas, o un relajante masaje en el espacio Zen Can Cuch creado en la propia masía. Todo un abanico de posibilidades que podemos combinar para sacarle el máximo provecho a nuestra estancia aquí.

Mas Falgarona

Un hotel boutique tras los amplios muros de esta masía del siglo XVII es lo que nos espera cuando llegamos a Mas Falgarona. Amplias salas de bóvedas, vigas de madera y toda la esencia de las antiguas masías con las comodidades actuales. Todas las habitaciones tienen nombres de las montañas y cimas que rodean el lugar, resultando imposible olvidar que nos encontramos en el Empordà, una zona donde precisamente la naturaleza es la gran protagonista.

El restaurante, con una terraza de verano al lado de la piscina, ofrece platos cuidados, con productos de la zona y para los que los cocineros emplean productos proporcionados por la huerta propia de la masía.

Tanto si buscamos una escapada para relajarnos, como un punto de partida para conocer los alrededores, Mas Falgarona se convierte en una perfecta elección. No será necesario salir de la masía pero, si buscamos realizar alguna actividad fuera de la finca, a pocos kilómetros tenemos opciones culturales, playas o diversas ofertas para practicar deportes como golf, bicicleta de montaña o senderismo.

Es Portal

Un hotel gastronómico donde además de dormir como reyes, conoceremos la cocina local, representada con productos de calidad tanto de la tierra como del mar, ya que nos encontramos a pocos kilómetros del mar. Apenas nueve habitaciones logran mantener la intimidad necesaria para disfrutar de Es Portal que mantiene, aún hoy, los elementos del gótico renacentista originales para no perder la esencia de las masías de la época. Sus interiores, renovados y adaptados a las necesidades actuales, conservan también varios detalles como muros de piedra y algunos techos de madera.

Tratándose de un hotel gastronómico, sabemos que la hora de la cena o el almuerzo serán especiales. Y es que el equipo de cocina apuesta por las recetas tradicionales, que han adaptado e innovado ofreciendo menús creativos, delicados y llenos de sabor.

Es Portal está a tan sólo cinco minutos de Pals, una villa medieval impresionante y por la que dar un relajado paseo, callejear y sorprendernos a cada paso. Si el tiempo acompaña, tampoco tendremos que alejarnos demasiado para encontrar algunas de las calas más sugerentes de la Costa Brava. Difícil elegir esta masía para una sola escapada. Los más inquietos encontrarán también diversas actividades antes de regresar a este pequeño hotel donde viviremos grandes momentos.

Fuente: Guía Repsol

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