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Los mejores bosques para perderse

En España son muchos los bosques que durante todo el año merece la pena visitar; pero es en otoño cuando resplandecen al cambiar sus colores verdes intensos por una amplia gama de tonos ocre

Guía resol

Miércoles, 12 de noviembre 2014, 10:22

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Hayedos, robledales o castaños. Con lagunas y monasterios escondidos en su interior o atravesados por ríos que los recorren con bravura. En España son muchos los bosques que durante todo el año merece la pena visitar; pero es en otoño cuando resplandecen al cambiar sus colores verdes intensos por una amplia gama de tonos ocre. Si además añadimos leyendas y la característica niebla de primera hora de la mañana, seguro que no nos cuesta encontrar o imaginarnos duendes y otros habitantes que harán que nuestra visita sea de fábula. Literalmente.

Hayedo de Otzarreta, Bizkaia

No será difícil encontrarnos con numerosos fotógrafos, sobre todo en otoño, ya que aquí se encuentra una de las hayas más fotografiadas de la cornisa norte. Ubicado dentro del Parque Natural del Gorbea, debemos sentirnos afortunados si coincide nuestra visita con un día de niebla, ya que el bosque se tornará, además de fascinante, en un lugar misterioso y melancólico. Las ramas de estas hayas, al contrario que suele suceder, no crecen de manera horizontal, sino verticalmente, como si saludasen al cielo.

Selva de Irati. Navarra

Situado muy cerca de los Pirineos, es uno de los mayores hayedos de Europa. Aunque puede recorrerse durante todo el año, en otoño es realmente impresionante y costará elegir uno solo de los recorridos que pueden realizarse, bien a pie o en bicicleta de montaña. O perderse a propósito para disfrutar de esta maravilla de la naturaleza que fascinó hasta el mismísimo Ernest Hemingway, quien acudía cada año a la selva de Irati al terminar los sanfermines. Quién sabe si una musa del bosque inspiró alguno de sus famosos libros.

Fragas do Eume. A Coruña

Es un bosque atlántico de ribera y apenas vive gente en la extensión que ocupa, lo que le confiere un estado prácticamente salvaje. Se dice además que los duendes lo recorren a pocos metros de los turistas, saltando a su lado sin ser vistos. No olvidemos que Galicia es tierra de leyendas y seres mitológicos. Precisamente una hermosa leyenda sigue viva a través de los habitantes del lugar y que explica el porqué de las aguas bravas del río Eume. En mitad del bosque nos encontraremos con otra sorpresa, el monasterio de Caaveiro, con más de 10 siglos de historia y rodeado de cascadas y ríos.

Encinares de La Garrotxa

Además de por sus colores de otoño, este encinar nos impresionará por contar con más de 40 volcanes y numerosas coladas de lava (restos solidificados de magma). El más conocido es el de Santa Margarida, un volcán mixto con una gran particularidad: cuando explotó dejó un cráter gigante circular donde se encuentra la ermita que da nombre al volcán. Un paisaje que parece sacado de otro mundo con grandes laderas y valles. Para recorrerlo hay 28 itinerarios señalizados. Merece también la pena conocer los pueblos de alrededor, como Besalú.

Muniellos. Asturias

Presume, y con razón, de ser el mayor robledal de España. Además de poder disfrutar de una tranquilidad absoluta, encontramos ríos y lagunas que son el hábitat perfecto para la fauna del lugar. Al estar declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, las visitas deben estar previamente autorizadas por la Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias, y se permiten un máximo de 20 visitantes por día. De ahí que nos hagamos una idea de lo privilegiado que resulta pasear por este bosque.

Sierra de Urbión y Laguna Negra. Soria

Según cuenta una leyenda, la Laguna Negra, en la sierra de Urbión, no tiene fondo. También se dice que se comunica con el mar por corrientes subterráneas o que hay un ser que vive en el fondo y devora todo lo que cae en ella. Tantas leyendas como pinares y hayas rodean la laguna que incluso es citada por Machado en su cuento La tierra de Alvargonzález. La realidad es que tiene apenas 8 metros de profundidad y son los árboles y las paredes graníticas que la rodean los que le confieren ese color tenebroso. Situada a 2000 metros de altura, merece la pena ir en otoño, pues los ocres de los árboles contrastan mucho más con el tono oscuro de sus aguas.

Parque de Redes. Asturias

Más que uno sólo, es toda una exposición de diferentes tipos de bosque. El Parque Natural de Redes tiene además de hayedos, alcornocales, robledales o eucalipto. Pero es el haya el más abundante de la zona. Destaca por contar con una amplia riqueza medioambiental, ya que existen formaciones de origen glaciar y numerosas cuevas. Tal vez por ello sea uno de los lugares preferidos de osos pardo y lobos, que eligen esta zona de Asturias para tener a sus crías. También fue el lugar escogido por José Luis Garci como escenario para rodar su película Luz de domingo.

Hayedo d'en Jordà. Girona

Es una zona de hayas dentro del Parque Natural de La Garrotxa. Su rasgo diferenciador del resto de hayedos es que está asentado en la colada de lava del volcán El Croscat, rodeado por colinas y muy cerca del famoso volcán de Santa Margarida. También merece mención especial porque a la altura que se encuentra es muy difícil encontrar este tipo de árboles. Sin embargo, fue gracias a un poema de Joan Maragall dedicado al hayedo y que lleva su nombre por lo que éste se hizo famoso y comenzó a recibir más visitas.

Faedo de Ciñera. León

El topónimo faedo significa hayedo. Se debe a un ejemplar de haya que ha propiciado que éste sea tan famoso y reciba tantas visitas por un ejemplar al que precisamente llaman Fagus y que, según unas pruebas científicas cumplió 500 años en el año 2008, por lo que se cree que podría ser el más antiguo del país. De hecho, fue seleccionado para salir en el libro Árboles, leyendas vivas. Como no podría ser de otra forma, este bosque cuenta con una leyenda, la de la bruja Haedo, que protege del frío y provee a los habitantes de carbón durante los fríos inviernos.

Parque Nacional de Garajonay. La Gomera

A la isla de La Gomera se la conoce como la Costa Rica de Europa por su exuberante naturaleza. Aunque sería imposible elegir uno sólo de sus bosques, el de Garajonay es tal vez el más conocido. La bruma que envuelve este bosque de laurisilva canaria hace que resulte mágico caminar por sus senderos. Sin duda es también el escenario perfecto para conocer la leyenda de Gara y Jonay, un príncipe y princesa aborígenes que estaban enamorados y que, ante la negativa de sus familias a casarse, decidieron terminar con sus vidas juntos antes que vivir separados.

Hayedo de Montejo. Madrid

Con el fin de preservar su belleza (y su magia), el control de acceso para visitar este hayedo está restringido a un número determinado de visitantes por día. Tal vez sea también porque hay una leyenda extendida que dice que las hadas que habitan en este bosque engatusaban a los visitantes mediante sus cánticos para llevarlos a una cueva cercana y convertirlos en lagartijas y petirrojos para dotar de mayor número de habitantes al entorno y que fuera éste un bosque más vivo y tuviera más encanto. Pero no hace falta, ya que por sí mismo es un hayedo mágico y parece estar sacado de un cuento.

Fuente: Guía Repsol

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