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Juicio a Olarra y Múgica, supuestos miembros del aparato militar de ETA
se inicia en parís

Juicio a Olarra y Múgica, supuestos miembros del aparato militar de ETA

También se sentarán en el banquillo Oscar Celaraín Ortiz y Andoni Otegi Eraso, presuntos integrantes del 'comando Argala'

EFE | PARÍS

Lunes, 2 de enero 2006, 01:00

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Los supuestos corresponsables del aparato militar de ETA hasta su detención a mediados de septiembre de 2002 en Francia, Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica Goñi, serán juzgados desde hoy por el Tribunal Correccional de París. En este juicio, que se prolongará hasta el 18 de enero, también se sentarán en el banquillo Oscar Celaraín Ortiz y Andoni Otegi Eraso, presuntos integrantes del comando Argala.

Ese comando llevó a cabo la campaña de atentados terroristas contra intereses turísticos españoles en el verano de 2002, entre ellos el perpetrado el 4 de agosto de 2002 con un coche-bomba en Santa Pola (Alicante) y en el que murieron dos personas, entre ellas un niño de seis años.

Los franceses Saroia Gallaraga y Bruno Josie, presuntos integrantes del aparato de logística de la banda terrorista en Francia, completan la lista de acusados en este juicio, que se desarrollará a razón de tres sesiones semanales.

Olarra, Múgica y Gallaraga fueron detenidos el 16 de septiembre de 2002 en Talence (suroeste), después de que el propietario de un estudio de esa localidad del extrarradio de Burdeos comunicase a la policía sus sospechas sobre el perfil delictivo de sus inquilinos. Josie, que había alquilado ese estudio bajo falsa identidad, fue detenido al día siguiente en el apartamento que compartía con Gallaraga en Saint-Peé-sur-Nivelle, en el País vasco francés. En base a las declaraciones de Josie, tres días más tarde, eran detenidos Celaraín y Otegi en un piso de Bagneres-de-Luchon (sur), que también había alquilado él a petición de Olarra y Múgica.

Los cuatro están procesados, entre otros delitos, por asociación de malhechores con fines terroristas, por lo que pueden ser condenados a un máximo de 10 años de cárcel. La acusación tiene la certeza de que Olarra y Múgica dirigían conjuntamente el aparato militar de ETA desde, al menos, dos años antes de su detención.

Así lo atestigua el examen de sus agendas y de la abundante documentación hallada en el estudio de Talence y en un apartamento desmantelado unos días después en Bergerac (también en el extrarradio bordelés), donde la pareja vivía desde enero de 2002.

Aparato militar

El encargado de reclutar activistas para los comandos operativos ("Arrantzale"), de su formación militar ("Trebaketa"), de recoger y sintetizar información sobre posibles objetivos ("Pianistak") y de preparar y suministrar material necesario para los atentados y aprovisionar a la banda de vehículos robados ("Bamukasi").

En tanto que jefes militares, Olarra y Múgica integraban, junto a los responsables de otros aparatos, el comité directivo de la banda y mantenían contactos con las otras estructuras de ETA: "impuesto revolucionario" ("Gezi"), armas y explosivos ("Lohi"), documentos falsos ("FAL") y acogida de activistas en la reserva ("Harrea").

También según la acusación, el amplio espectro de sus actividades quedaba patente además por la diversidad de documentos incautados en Bergerac: políticos, relativos a armamento, a la comisión de atentados, a la preparación de campañas contra el turismo en España o a las extorsiones a empresarios, principal fuente de ingresos de ETA.

La investigación puso de relieve además que Olarra y Múgica disponían de un presupuesto importante para financiar el funcionamiento de las estructuras a su mando.

En cuanto a Celaraín y Otegui, se pudo establecer que desde 2001 habían formado el "comando Argala" y habían alternado periodos de búsqueda en España de objetivos para atentados con estancias en Francia para prepararlos y viajes para perpetrarlos, como quedaba reflejado en dos cintas de vídeo encontradas en su poder.

En base a sus propias declaraciones, según la acusación, el papel de Gallaraga y Josie consistía fundamentalmente en facilitar la estructura logística ETA en Francia, con el alquiler de apartamentos o garajes y compra de teléfonos móviles con identidades falsas.

Gallaraga y Josie también sirvieron de enlace entre la dirección de ETA y otros activistas de la banda en España, a quienes les llevaban mensajes, según la investigación.

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