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Mercedes Carrión Masip. A. Quintero
«La poesía me da opción de reconstruir parte de mi pasado»

«La poesía me da opción de reconstruir parte de mi pasado»

Mercedes Carrión Masip, ganadora del I Premio de Poesía Jorge Manrique que convoca la Diputación de Palencia

fernando caballero

Palencia

Domingo, 12 de noviembre 2017, 19:08

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A punto de cumplir 73 años, Mercedes Carrión Masip, con el poemario ‘Asuntos propios’, ha ganado el I Premio Internacional de Poesía Jorge Manrique que convoca la Diputación de Palencia y está dotado con 6.000 euros. Aunque ha sido esmaltadora de fuego sobre esmalte, con taller propio –incluso ha llegado a ser profesora de esta especialidad–, ella se define como ama de casa. Este es el primer premio que recibe y será su primer libro publicado, en la editorial Cálamo. Nacida en Valencia, la profesión de su marido le ha llevado por varios destinos, pero desde hace veinte años reside en Barcelona, con mucho contacto con el campo. Licenciada en Geografía e Historia, forma parte del grupo de poesía Metáfora, adscrito a la Biblioteca Mercé Rodoreda de Barcelona. Participa en talleres, seminarios y recitales, y escribe asiduamente en el foro poético Ultraversal, donde comparte poemas y comentarios. Aparte de compartir con Palencia el primer apellido, Mercedes tiene un amigo en Lastrilla, Máximo Pérez-Gonzalo, con el que se cartea asiduamente.

El jurado fue presidido por la titular de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, y el alcalde de Paredes de Nava, Luis Calderón, y formado por los prestigiosos poetas Luis Alberto de Cuenca, César Augusto Ayuso, Carlos Aganzo, director de El Norte de Castilla, Elena Medel y Martín López-Vega, aunque estos dos últimos no pudieron asistir a la reunión y enviaron su valoración por correo eletrónico. Dio fe el secretario general de la institución provincial, Juan José Villalba.

–Su primer premio, su primer libro. ¿Cómo ha recibido la noticia?

–Estoy muy contenta y muy ilusionada. Al ver que se convocaba por primera vez, que estaba dedicado a Jorge Manrique y que venía de Palencia..., algo empujó y me decidí a participar. Me hacía ilusión y lo que no me esperaba era ganar, lo agradezco muchísimo.

–Ademas, el jurado es de mucho prestigio.

–Cuando hablaron conmigo no han podido ser más gentiles y cariñosos. Han ponderado mucho el libro. Han tenido palabras que compensan el esfuerzo que supone cuando uno escribe habitualmente poesía, que es una manera de ser, una necesidad. Tener así un reconocimiento es algo muy especial.

–¿Qué es ‘Asuntos propios’?

–Un recorrido por los seres queridos que han pasado por mi vida, por las experiencias a veces extremas que yo he tenido, y sobre todo es un reconocimiento al pasado, a todo lo que las personas que han pasado por nosotros nos han aportado de bueno. Es como un sentimiento de pertenencia a la vida y a todas sus fases, mirando mucho atrás, a un pasado del que la gente de mi generación salió algo maltrecha. Algunos recuerdos son piadosos, otros son más sentimentales, más dulces. Siempre dicen que nos acordamos de lo mejor, o que de aquello que es peor damos otras visiones que la madurez de la vida nos da opción a hacerlo. La poesía es esto lo que me da, opción de reconstruir parte del pasado y darle una lectura más serena, más piadosa, e incluso más prometedora, porque todo lo que sale del pasado y en el presente es bueno y puede ser proyección de futuro para los que escribimos y para los que nos leen también. No es una poesía truculenta, ni quejosa, es algo natural, lo que va saliendo.

–¿Cómo definiría su poesía?

–Muy natural y muy espontánea. Cuando empecé a escribir poesía, me preocupé de estudiar, estudiar mucho, y romper muchos papeles. Es bueno romper muchos papeles, hasta que uno llega a encontrar su voz.

–¿Son poemas recientes?

–No. Hay poemas que escribí hace mucho. No son de ahora todos. Quizás los últimos son más cercanos en el tiempo, pero hay otros que son de novata y, sin embargo, en el libro han encontrado su hueco y su credibilidad.

–Asiste a varios grupos de poesía.

–Pertenezco a un foro de poesía que es muy exigente y ayuda mucho a las personas que estamos aprendiendo. La escritura es fruto de la vida, de lo cotidiano, de las buenas compañías. Formo parte de un pequeñísimo grupo de aprendices de poetas, que tenemos la sede en la Biblioteca Mecé Rodoreda de Barcelona. A ellos les debo mucho. Es una evolución. Según voy escribiendo, me voy encontrando más cómoda dentro de los límites y lo específico de la técnica de la escritura. Cuando esa parte del aprendizaje te pesa menos al escribir, todo lo que aflora es natural y es auténtico. Yo estoy muy entregada al paisaje. En esto soy muy machadiana, pero también a mi manera, porque vivo en un entorno que me lo reclama.

–Ahora las poetas están adquiriendo relevancia. ¿Cómo ve este fenómeno?

–Lo admiro, lo aplaudo y me alegro muchísimo, porque supone una nueva luz que emana de muchas de nosotras que venimos de muchos años de no escribir y luego hemos sentido esa necesidad. También mujeres jóvenes que vienen con una gran formación y son muy buenas poetas y escriben muy bien. Pero todo esto se lo digo porque me lo pregunta, porque es algo que nunca ha formado parte de mi proyecto ni de mi identidad. Hay cosas que las escribo como si fuera un hombre y otras que veo que son eminentemente femeninas. Todo es como muy espontáneo. No hay un proyecto ni teórico ni literario.

–¿Qué le parece la poesía de Jorge Manrique?

–Está en la base de los estudios de todos nosotros. Fue un adelantado de las emociones, y además fue muy moderno en su tiempo. Es un poeta que está en todos nuestros antecedentes, que hemos estudiado y leído. Innovó en metáforas, en imágenes, en el tratamiento de la muerte.

–¿Es usted una poeta tardía?

–Empecé a escribir cuando pude, cuando hice muchas cosas en la vida. Muchas veces me han preguntado por qué no escribía, y yo contestaba que no tenía nada que decir, que no tenía imaginación ni mi vida tiene un punto de inflexión. ¿A quién le interesa lo que yo pueda escribir? Luego llegó un momento que por una pequeña crisis de salud que me impidió dormir por las noches durante algún tiempo, de repente empecé a escribir cositas. Y creía que no escribía yo, que alguien necesitaba escribir a través de mí. Sentí la necesidad de seguir escribiendo y me metí en grupos de poesía, sin ninguna pretensión. Ahora tengo el sosiego que la edad me da para escribir, y lo hago con un entusiasmo, una pasión y unas ganas de aprender que ahora gran parte de mi vida la dedico a escribir, sin más fin que la poesía.

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