Borrar
Ara Malikian en una atrevida pose durante el concierto.

Ver fotos

Ara Malikian en una atrevida pose durante el concierto. MARTA MORAS

Ara Malikian entusiasma a Palencia

El popular violinista ofrece en el pabellón un divertido y mágico espectáculo

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 17 de marzo 2018, 23:30

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No fue un concierto cualquiera. Pero claro, Ara Malikian tampoco es un violinista más. Y de ahí su éxito, que se demostró ayer en la capital con un lleno absoluto del pabellón Municipal. De hecho, el concierto comenzó con casi veinte minutos de retraso debido a la larga cola de entrada. Un éxito más para el violinista libanés.

Para quienes no conozcan aún su espectáculo, su forma de actuar, es fácil resumirlo en una palabra: magia. No es solo música. Hay danza, luces, color. Así comenzaba su espectáculo ayer, primero con más suavidad, más calma, pero después rompía con su agresividad característica. De hecho, las primeras en sufrir este entusiasmo a la hora de interpretar las diferentes canciones, son las cerdas del arco de su violín, que se disparan y no soportan la intensidad de su música.

Este espectáculo se engloba dentro de ‘La Increíble Gira Mundial del Violín’, con la actuación ‘El Corral de Comedias Portátil’, que recorrerá prestigiosos auditorios de todo el mundo. En la actuación de ayer, Malikian explicó que iba a contar a través de la música la historia de su propio violín y se ilusionó por volver a estar en Palencia, con personas «maravillosas», de las que recibió un aplauso inmenso al comienzo de su actuación.

Entre las diferentes piezas que el público pudo disfrutar durante las cerca de dos horas de duración del concierto, el violinista incluía sus propias reflexiones y explicaciones de la música que interpretaba. Así, en la segunda pieza, contó rememoró a su abuelo, a quien apodaban «Gregor el bailarín» y a quien dedicó su pieza, «para que esté donde esté la baile con todos nosotros». Así, se mezclaba la emotividad con el entusiasmo, con la danza, con el continuo no parar del artista que convertía al escenario en un auténtico teatro plagado de arte.

.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios