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Adolfo de Vena y Ángeles Conde, en una clase del colegio Blas Sierra, donde colaboran. A Quintero
Maestros jubilados, pero con honores en Palencia

Maestros jubilados, pero con honores en Palencia

Dos docentes que colaboran en el colegio Blas Sierra estrenan la figura del profesor honorífico

Sonia escribano

Palencia

Domingo, 8 de abril 2018, 12:04

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Es una iniciativa altruista, sin remuneración y voluntaria. La Consejería de Educación ha puesto en marcha la figura del profesor honorífico colaborador para aprovechar la experiencia de maestros y profesores jubilados. Dos docentes estrenan la experiencia en Palencia. Forman parte del contingente de 21 que integran la primera promoción de profesores honoríficos colaboradores en Castilla y León. «La calidad de las personas que se han presentado es extraordinaria, con currículums y unas trayectorias profesionales de lujo», explica la directora general de Innovación y Equidad Educativa, Pilar González García.

La directora general de Innovación y Equidad Educativa destaca que la regulación de esta figura, pionera en España, permite a los profesores que colaboran en iniciativas en los centros tras su jubilación tener cubiertas cuestiones de responsabilidad civil ante cualquier imprevisto que pudiera ocurrir, además de aprovechar el «enorme potencial» de estas personas. Participarán en iniciativas de formación de docentes en activo o en proyectos que propongan ellos mismos relacionados con temas de inclusión, innovación o investigación educativa, y también en competencias digitales. «Son grandes pedagogos. Se jubilan, pero al mismo tiempo apoyan en las líneas de trabajo más innovadoras de la consejería. Parece algo antitético, pero no lo es en absoluto, porque su experiencia les proporciona un potencial enorme para anticiparse a cuestiones de futuro», resalta González.

Pilar González reconoce que se ha dado poca difusión a esta primera convocatoria de profesores colaboradores y que este primer año de la iniciativa permitirá aprender y pulir el programa, con el objetivo de aumentar el número de participantes de forma progresiva las próximas ediciones. «Este curso tiene un carácter más experimental. El programa está armado, pero queremos comprobar fortalezas y debilidades y ver en qué podemos mejorar», explica la integrante del equipo que dirige el consejero Fernando Rey.

La materia prima de esta iniciativa son los docentes que se jubilan tras décadas de experiencia y con la sensación de que todavía tienen algo que aportar al sistema educativo. Pilar González afirma que maestros y profesores se pueden jubilar a partir de los 60 años si cumplen una serie de requisitos. «Es una edad extraordinaria, de plenitud profesional, de sabiduría, de saber hacer... Están en lo mejor de su vida profesional», destaca la directora general.

La Consejería de Educación reguló esta figura del profesor honorífico en septiembre, ofreció de plazo para presentar candidaturas hasta primeros de octubre y resolvió la convocatoria, tras estudiar los proyectos presentados, el pasado mes de noviembre. Un calendario muy apretado que se flexibilizará en próximas ediciones. La intención de los responsables del programa es convocar en mayo la segunda edición.

Los requisitos para participar en la iniciativa son haber iniciado la etapa de jubilado después de más de 25 años como docente y no haber cumplido aún los 70. La convocatoria recogía también que hubieran destacado en áreas de innovación, investigación, formación permanente o gestión de los centros. Los participantes presentaron un proyecto de colaboración para desarrollar en este curso. El reconocimiento como profesor honorífico no supone vinculación laboral con el centro en el que desarrolle su colaboración ni el cobro de remuneración alguna.

La Consejería de Educación recibió en esta primera convocatoria 22 solicitudes. Han prosperado 21, de las que 14 las han firmado profesores que colaborarán en iniciativas de formación en los centros de todas las provincias salvo Soria y Ávila. Los siete profesores colaboradores restantes abordarán proyectos concretos en centros docentes, seis de ellos en institutos de Secundaria y el último en un colegio rural agrupado de la sierra burgalesa.

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