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El equipo de Pirotecnia Benavente junto a los fuegos listos para su detonación.
Un complemento festivo cada día más indispensable

Un complemento festivo cada día más indispensable

Los profesionales del sector de la pirotecnia reconocen que los ayuntamientos están recuperando su interés por los fuegos

SORAYA NORIEGA

Lunes, 7 de septiembre 2015, 12:11

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El cielo de las noches de verano se ha llenado de luz y de color como decía la canción de Marisol a causa de los espectáculos pirotécnicos que muchos municipios y la propia capital palentina han programado para iluminar sus veladas festivas.

Miguel Ángel Martino, un palentino muy satisfecho de poder trabajar en su ciudad, es el responsable de Pirofiesta Palencia, además de vendedor y encargado de logística para Pirotecnia Benavente. Martino lleva disparando diez años en los sanantolines, y en esta ocasión, Pirofiesta se ha encargado del chupinazo del 29 que marcó inicio de las fiestas, de los 55 kilos de fuegos del día 30 en el recinto ferial, de los 118 kilos del día 1 en el parque Isla Dos Aguas. Sin embargo, la actuación en San Antolín no ha sido la única que llevado a cabo esta empresa a lo largo del verano, puesto que ha participado en más de 30 disparos en distintos municipios de la provincia, como Herrera de Pisuerga, Villalobón u Osorno, y aún tiene citas pendientes en Astudillo, Antigüedad o Piña, porque cada vez son más los municipios que sitúan a los fuegos artificiales como un elemento indispensable de sus fiestas.

En comparación con los últimos años, Martino destaca el aumento del gasto en pirotecnia de los ayuntamientos, algo que a su juicio indica la progresiva recuperación de la crisis. «Cuando la situación económica empeoró, los primeros recortes de fiestas fueron en la pirotecnia. Es algo que gusta, pero puede resultar prescindible, una verbena, no», explica.

Pero como los fuegos artificiales son un espectáculo dirigido a todo tipo de públicos y edades, los ayuntamientos siguen confiando en ellos para su programación festiva. Por ello, no es tan importante la cantidad disparada, sino el modo en el que se proyecta, explican desde Pirotecnia Benavente. «Las formas, alturas, espacios, la disposición, el orden, los colores... Todos son detalles que estructuran y definen el espectáculo y el cómo lo aprecia la gente», explica Óscar Ballesteros, uno de los empleados a cargo de la colección de la víspera de San Antolín, cuya preparación, para 15 minutos de fuegos, ha llevado más de 30 horas.

El tiempo es otro de los factores más influyentes en este tipo de exhibiciones, ya que puede condicionarlas por completo. Los responsables de los fuegos explican lo complicado que resulta disparar con niebla, aire o humedad, ya que no permiten que los fuegos hagan sus figuras y provocan que se quemen más rápido. El viento es uno de sus peores enemigos porque aumenta mucho el riesgo de incendio.

Además de estos problemas, entre las dificultades que posee el sector pirotécnico se encuentra la competencia desleal. La crisis provocó que muchos profesionales transportasen, detonasen y cobrasen más carga de la estipulada en los contratos. Para tratar de evitar este tipo de fraudes, la Guardia Civil ha intensificado los controles en el traslado y disparo de las cargas explosivas.

Los profesionales auguran para los próximos años un tiempo de bonanza en el negocio pirotécnico, que continuará disparando los fuegos que se reflejan en los ojos de miles de personas.

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