Comunidad de aprendizaje en Las Rozas de Guardo, un sueño hecho realidad

Tiene 90 alumnos que se distribuyen en una única línea y que son atendidos por quince profesores que integran una plantilla mayoritariamente definitiva, entre los que se encuentran tres interinos y dos profesores compartidos con el colegio Vegarredonda de la localidad.

Es precisamente la ‘Comunidad de Aprendizaje’ el hecho diferencial con el resto de los centros del entorno. Se trata de un aprendizaje dialógico (igualitario) en el que los pilares son el escuchar y el querer aprender de los demás. Este aprendizaje se lleva a cabo con cuatro medidas que apoyan los pilares básicos, como son una biblioteca tutorizada, con un horario de apertura establecido para se pueda ser utilizada como un recurso tanto para mejorar la capacidad lectora, así como refuerzo educativo; la formación a las familias, basada en una formación o taller que resulte de interés a las familias y en las que se pueden englobar, entre otras, asesoramiento a la realización de tareas o psicomotricidad. También se realizan grupos interactivos y tertulias dialógicas.

Los grupos interactivos son una manera de organizar el aula en grupos, de manera que se busca una actividad compartida en la que participan adultos ajenos a centro. «Tenemos un grupo de voluntarios que periódicamente vienen y nos ayudan con estas actividades», explica la directora, Olga Arias, que asegura que se trata de una actividad cooperativa en la que el adulto solo media en las interacciones de los niños, sin tener que explicar nada.

Asimismo, las tertulias dialógicas (igualitarias)buscan el punto de encuentro entre las familias y los niños, eligiendo un clásico que debe ser leído y comentado por ambas partes.

Toda esta mecánica de aprendizaje fue pionera al ponerse en marcha en el colegio Las Rozas, algo totalmente innovador que ha visto a lo largo de su existencia cómo el colegio mejoraba en sus resultados académicos y de convivencia, llegando a lograr el Nivel 5 de excelencia en certificación TIC y siendo reconocido con el Premio Nacional de Ecoiniciativas de la Fundación Jane Goodall y pertenece también a la Red de Escuelas para la Sostenibilidad de la Diputación de Palencia, ya que uno de los fines que persiguen en el centro es el de que los niños crezcan sabiendo valorar su entorno natural y respetándolo.

Como reto de futuro, desde el centro de plantean mantener la forma de trabajo con las dificultades que plantea el cambio de claustro, pero siempre manteniendo también otro foco: mantener la competencia lingüística y no cerrarse a nuevas propuestas.

El centro dispone de decenas de actividades que se desarrollan a lo largo del año, entre las que se encuentran varias extraescolares de 16 a 17 horas, como la relajación con mandalas, cuentacuentos, plastiescultura, pintura al óleo o fútbol, entre otras. Además, hay una oferta muy variada, que va cambiando con el tiempo y en el que se cuenta también con la colaboración del Ampa, que se encuentra verdaderamente implicado con el día a día del centro.

Además de las anteriores, los alumnos también han podido asistir a talleres de informática, mecanografía, patchwork o programación, en función de las habilidades del profesor, todo ello sin olvidarse de la hora de biblioteca tutorizada.

El centro, además, participa y colabora con cada efeméride del año, que enriquecen con otro tema como eje del curso. El año pasado, por ejemplo, se trabajó el Viejo Camino de Santiago, mientras que este año lleva por lema ‘Nuestra Montaña, Nuestro Futuro’, en la que se pretende que el alumnado conozca la riqueza paisajística, natural y cultural del entorno, como las posibilidades que tiene.

Y todo ello en un clima de entendimiento con el resto de los centros de la localidad, con los que suelen hablar y compartir actividades. Una de estas actividades es la carrera solidaria que cada año organiza Las Rozas y en la que se elige una causa en la que colaborar a través de una ONG con la que asiduamente colabora.

Además, entre otras actividades, Las Rozas acoge distintas exposiciones, como el planetario de La Caixa, que ha recalado en el centro y al que han invitado, además de a los colegios de Guardo, al de Velilla y a la Fundación Personas, con la que mantiene