El albergue de Cáritas de Palencia ha atendido este año a 682 personas

El centro de transeúntes, que este fin de semana celebrará diversos actos para recordar a las personas que no tienen un hogar, ha visto cómo nuevos perfiles de suman a los usuarios. «Sigue existiendo», aseguró Rosa Aguado, «la gente que está muy deteriorada, en exclusión y está en la calle, ejerciendo la mendicidad, implícita o pasiva, con patologías mentales y adiciones al alcohol», pero a la vez están surgiendo «personas que han vivido de forma normalizada y que están quedándose sin apoyos, sin cobertura económica ni familiar y pueden llegar a convertirse en personas sin techo si no reciben pronto la atención adecuada».

La trabajadora social señala que los motivos económicos y laborales son importantes en este perfil, pero que han dado paso a «lo relacional». En este perfil encajan «la mayor parte de los hombres con más de 50 años y sobre todo jóvenes que están siendo expulsados de sus casas por causas judiciales». «El cambio más acuciante es que hay un mayor nivel cultural de los que perdieron su empleo. Son víctimas de un sistema social, económico, laboral que aprieta y sobre todo está afectado a los más vulnerables», concluyó Rosa Aguado.

Manuela Rubio, por su parte, destacó que los 682 personas atendidas en el albergue de enero al 15 de noviembre –610 hombres y 72 mujeres– es el mismo número que en todo 2016. «Esto es una mala noticia, porque hay más personas que necesitan, y una buena noticia, porque se están acercando al albergue y los podemos atender», aseguró. No obstante, especificó que «detrás de cada número hay una persona que siente, que sufre, que está en soledad, que está necesitando, que reclama algo». Los números son importantes, pero si hubiera al menos una persona al año, tres personas, que normalicen su vida, tendría sentido nuestro trabajo, porque la persona es el centro, es lo más importante», aseguró.

La directora del centro destacó que de las 682 personas atendidas, 541 se encuentran solteros, separados, divorciados a viudos. «La falta de ese alguien que ha estado a tu lado repercute muchas veces en las situaciones de indigencia», dijo.

Manuela Rubio, en este sentido, destacó la importancia de la prevención, «detectar situaciones que pueden derivar en algo más grave», y se refirió, por último a los retos planteados por el albergue de Cáritas, como la necesidad de incrementar las relaciones con los indigentes para que no se sientan solas, por lo que abogó por un voluntariado que dedique al menos dos horas a ellos.

Otro reto es la ocupación del tiempo libre de estas personas en talleres ocupaciones, que podrían dar lugar incluso a pequeños contratos en trabajos sencillos que les permita, por ejemplo pagar una habitación.

Gloria Alonso explicó el lema de este año de la campaña: ‘Somos personas, tenemos derechos. Nadie sin hogar.