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Cuatro detenidos ya en Palencia por vender carne de caballo no apta

Otros dos empresarios de Villarramiel se suman al ya industrial arrestado por la Guardia Civil en el municipio y a un ‘conseguidor’ de género

Ricardo Sánchez Rico

Viernes, 28 de abril 2017, 06:11

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La cifra de detenidos en la provincia de Palencia por la Guardia Civil dentro de la operación de desmantelamiento de una red que presuntamente se dedicaba a comercializar carne de caballo no apta para el consumo humano se eleva a cuatro, según confirmaron ayer fuentes de la investigación, que sigue abierta y que se ha saldado por el momento con una treintena de detenidos en más de diez provincias españolas de siete comunidades. La investigación sitúa en el centro de la operación a un holandés afincando en Alicante desde hace un año y que ya fue arrestado en el año 2013 en otro operativo similar, según El País.

El Juzgado de Primera Instancia Número 4 de Ponferrada (León), que instruye las diligencias, decretó en su día el ingreso en prisión de un empresario de Villarramiel y de un conseguidor de carne detenidos después de los registros efectuados por la Guardia Civil en empresas del sector en ese municipio palentino y en un domicilio de la calle Mayor Antigua de la capital.

Con posterioridad, también han sido detenidos dos empresarios más del sector en Villarramiel, según han informado fuentes investigadoras. A los detenidos se le imputan delitos contra la salud pública, blanqueo, falsedad y pertenencia a organización criminal, declarando secretas el juez las actuaciones.

La denominada operación Gazel investiga una red ilegal de venta de carne de equino. Las irregularidades parten tanto del proceso de sacrificio de los animales como en la posterior distribución de la carne.

Varios mataderos ubicados en la provincia de León en los municipios de Astorga y Toreno y en Segovia están en el centro de esta operación, según detallan fuentes cercanas a la investigación. Allí se sacrificaba a los caballos para luego vender su carne para consumo humano. Esta carne en España prácticamente no se consume, por lo que la mayoría acababa en los mercados de Bélgica, Italia, Rumanía, Holanda y Francia, donde sí existe más tradición. Las policías de estos países, además de la Europol, han participado en esta operación internacional.

En los mataderos implicados se sacrificaban caballos aptos para el consumo humano, los denominados de abasto, que pasan controles veterinarios y sobre los que existe una clara trazabilidad. Pero también entraban presuntamente ejemplares que se habían destinado en vida para recreo o competición, que no pasan los mismos controles veterinarios porque no están destinados a su venta como carne y a los que se les pueden inyectar antibióticos, medicamentos o suplementos.

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