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La cisne incuba sus huevos entre la maleza de la ribera del Carrión, a pocos metros del agua.
Las aves también tropiezan dos veces en la misma piedra

Las aves también tropiezan dos veces en la misma piedra

La cisne de Palencia anida otra vez en zona inundable y su futura pollada corre el riesgo de acabar en el fondo del Carrión con las lluvias primaverales, como sucedió el año pasado

marco alonso

Sábado, 25 de marzo 2017, 18:17

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La cisne que vive bajo el Puente Mayor de Palencia sabe bien que el Carrión es un territorio hostil para su especie. Allí perdió el año pasado a su pareja, Curro. Pero las desgracias no quedaron ahí y poco después tuvo que ver cómo una riada se llevaba su nido y los huevos que Curro había fecundado. No es fácil ser un cisne junto al Parque Isla dos Aguas, pero la viuda de Curro ya ha dejado atrás su luto y ahora ha comenzado una nueva etapa en la que su hijo ha ocupado el espacio de su antigua pareja.

Esta renovada edición del cuento del Patito Feo bien podría haberla escrito Sófocles, el autor de Edipo Rey, y es que esta tragedia palentina con muertes e incesto de por medio, puede tener un nuevo giro trágico, ya que la cisne ha anidado en el mismo lugar en el que lo hizo el año pasado. Si uno atiende a lo que dice el refranero, aquello de en abril, aguas mil, no es descabellado pensar que el cuento tampoco tendrá un final feliz este año.

A nadie le gustan los dramas, por muchos ejemplares que haya vendido Sófocles, y es por esa razón que varios vecinos se acercan a diario al río a dar de comer a la hembra mientras incuba sus huevos. Pero ayudar en la alimentación a la futura madre no servirá de nada si el río crece de forma repentina, razón por la que este grupo de vecinos insta al Ayuntamiento a que haga algo para que no se vuelva a repetir este año la imagen de la madre tratando de salvar sin éxito su futura pollada de las aguas embravecidas del Carrión.

Ningún libro de Sófocles acabó con un y vivieron felices y comieron perdices, pero la Grecia en la que vivió el poeta clásico dista mucho de la Palencia de ahora, en la que un problema que podría pasar de puntillas sobre la actualidad de la ciudad ha sido capaz de interesar, y mucho. Ahora falta por ver si se puede levantar el nido sin que la madre aborrezca los huevos o si los vaticinios de los vecinos son tan certeros como el Oráculo de Delfos, que predijo los infortunios de Edipo. Está claro, no solo el hombre tropieza dos veces en la misma piedra. Las aves también tienen lo suyo.

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