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Aspecto que presenta una tierra de cultivo afectada por la fuerte sequía en Fuentes de Nava.
La fuerte sequía del invierno augura una de las peores campañas agrícolas en Palencia

La fuerte sequía del invierno augura una de las peores campañas agrícolas en Palencia

Las organizaciones agrarias coinciden en que la comarca de Campos es la más castigada

PILAR ROJO

Sábado, 14 de enero 2017, 14:04

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«Cuando el invierno es lluvioso, el verano es abundoso». El refranero popular es sabio y concluye que cuando las nubes son generosas en los meses más fríos, se traduce habitualmente en una buena cosecha. Los agricultores aseguran que no recuerdan un año tan seco como 2016 y la falta de agua ya está dejando entrever sus primeras consecuencias, con una mala nascencia de las plantas y unas parcelas que ofrecen una estampa prácticamente desértica. Las organizaciones agrarias son conscientes de que una primavera lluviosa puede dar la vuelta a cualquier previsión y generar una gran cosecha, aunque de momento las perspectivas son muy pesimistas, especialmente en comarcas como Tierra de Campos, donde la ausencia de lluvias ha sido aún más agudizada. «Yo no recuerdo un invierno tan seco como el actual. Siempre se ha dicho que el cereal debía estar nacido antes de fin de año y con buen aspecto, y en muchos puntos de la provincia, sobre todo en el centro y en el sur, no ofrece la imagen que debería. Eso nos hace pensar en que, si se mantiene la tendencia climatológica, podemos estar hablando de una cosecha desastrosa», asegura Domiciano Pastor, secretario provincial de UPA en Palencia.

No es tan rotundo, sin embargo, Honorato Meneses, responsable de Asaja en Palencia, que reconoce que la situación actual es preocupante, pero confía en que una buena primavera con lluvias abundantes pueda modificar la previsión. «Es evidente que no ha llovido casi en verano y prácticamente nada en otoño y en invierno. Todo eso se ha traducido en una imagen desértica del campo, con unas semillas con muy mala nascencia y unas previsiones que, a priori, no son buenas. Pero es muy prematuro hablar ahora de que la cosecha será mala. Cierto que ahora mismo el campo no está bien desarrollado, que todo va con retraso, pero una primavera lluviosa puede cambiarlo todo. No creo que se pueda hablar de una situación irrecuperable», afirma Honorato Meneses de Prado.

La sequía invernal es generalizada en Castilla y León, pero no ha castigado de la misma forma a todas las provincias, según coinciden todos los líderes sindicales. Palencia es una de las zonas más afectadas, donde las tierras presentan un aspecto más seco y con unas semillas que han nacido tarde y mal. Sin embargo, la situación no adquiere la misma gravedad en todas las comarcas, ya que el Cerrato, pero sobre todo Tierra de Campos, son las zonas más afectadas. «No hay humedad suficiente para realizar las labores propias de esta época y, al no poder meter los arados, se realizan labores más ligeras con otros arados. Siempre se ha oído que si los cultivos no tienen agua en invierno, por mucho que luego llueva en primavera, no dan nada bueno. Un ejemplo es el caso de los forrajes, que si no va acompañados por lluvias invernales, suelen tener un resultado catastrófico», agrega David Tejerina, responsable provincial de Coag.

Igualmente cauto se muestra el coordinador regional de UCCL, Juan Manuel González Palacín, que reconoce que la falta de humedad en los terrenos ha originado problema en las siembras y en la nascencia de las semillas, aunque incide en que la situación dista mucho de poder calificarse como catrastrófica. «Es demasiado pronto para poder realizar cualquier tipo de previsión. Una primavera lluviosa puede cambiar totalmente el panorama. Es verdad que hay zonas más afectadas, sobre todo en Tierra de Campos, pero no solo depende de la ubicación, sino también del tipo de terreno. Los suelos más ligeros son los que más lo acusan, mientas que los más arcillosos aguantan mucho mejor la sequía», asegura.

Al margen del grado de afectación que cada uno quiera otorgarle, lo cierto es que todos los agricultores coinciden en que un invierno tan seco como el que se está viviendo no es habitualmente la mejor antesala para una buena cosecha. Y, aunque será necesario esperar a primavera a ver qué depara el cielo, las cabañuelas ya auguran que «no lloviendo por Nochebuena, la sementera no es buena».

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