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La Guardia Civil conduce a Fernández Aceña tras el registro practicado en una casa de Valsaín (Segovia) el pasado martes.
El yihadista detenido en Segovia fue condenado hace dos años en Palencia por violencia machista

El yihadista detenido en Segovia fue condenado hace dos años en Palencia por violencia machista

El Juzgado Penal le impuso 160 días de trabajos comunitarios por agredir y amenazar a su entonces pareja, médico en el hospital

Ricardo Sánchez Rico

Sábado, 17 de diciembre 2016, 12:08

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Daniel Fernández Aceña, el irundarra detenido el pasado martes en Segovia por su presunta vinculación con el extremismo religioso yihadista, fue juzgado por el Juzgado de lo Penal de Palencia y condenado en 2014 por violencia machista, según confirmaron ayer fuentes judiciales, que indicaron que Daniel Fernández Aceña fue condenado a 160 días de trabajos en beneficio de la comunidad, 80 por los malos tratos sobre su entonces pareja y otros 80 por las amenazas continuadas contra ella. Esas fuentes judiciales agregan que los hechos por los que fue juzgado Fernández Aceña que fueron instruidos por el Juzgado Número 6 de Palencia, pero juzgados por el Juzgado de lo Penal, cuya titular decretó antes su ingreso en prisión preventiva se remontan al tiempo en que vivía «en una comuna en la zona de Cervera que el mismo fundó con el dinero de una herencia, según dijo». En esa comuna «enseñaba el Corán y trataba de captar», apostillan las fuentes judiciales, que inciden en que sus visitas a la capital palentina eran frecuentes dada su relación sentimental con una mujer al parecer, médico especialista en el Hospital Río Carrión sobre la que cometió los malos tratos.

La vista oral contra el ahora detenido por «autoadoctrinamiento en el extremismo de carácter religioso» y por realizar labores de difusión de propaganda de Daesh con la determinación de cometer un atentado terrorista, según informó el Ministerio del Interior, despertó gran revuelo en el Juzgado de lo Penal, ya que, según apuntan esas fuentes judiciales, Daniel Fernández Aceña, por entonces con larguísima barba, residía ya en Segovia con otra pareja, al parecer de origen musulmán, acudió al juicio acompañado por miembros de esa comuna. También estaban citados en el juzgado policías que habían procedido a un registro en el que, según detallan esas fuentes judiciales, se intervino a Daniel Fernández Aceña armas simuladas (pistolas, esposas y un detonador de plastilina).

El 14 de julio de 2014, Aceña se presentó en el Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso para empezar a desempeñar los trabajos en beneficio de la comunidad encomendados por el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas de Instituciones Penitenciarias. Quienes trataron con él aseguran que estaba «nervioso, ausente y aturdido», pero advirtió a los empleados municipales de que tenía que estar al día siguiente en el centro de salud mental de Segovia. Los meses siguientes lo pasó interno en la Unidad de Rehabilitación Psiquiátrica de Quitapesares.

El barrio de Santa Eulalia de Segovia se despertó sobresaltado el pasado martes. En la calle de la Plata, cerca del campus María Zambrano de la UVA, efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad número 1 de la Guardia Civil irrumpían pasadas las 4:00 horas en el portal 39, donde residía Daniel Fernández Aceña, por su presunta vinculación con el extremismo religioso yihadista. Apoyados por unidades de la Comandancia de Segovia, los agentes tomaron la calle ante la incredulidad de los vecinos, que no sabían que estaba ocurriendo en el interior de la casa. Durante más de cuatro horas, los agentes registraron la vivienda, de la que salió esposado Fernández Aceña sobre las 9:00 horas.

Los especialistas del Servicio de Información de la Guardia Civil mantenían activos los dispositivos de vigilancia tanto sobre el detenido como su entorno, comprobando su firme adhesión al ideario yihadista, pues ha viajado a zonas de conflicto en Afganistán, Siria y Palestina, donde dijo haber estado dispuesto a cometer atentados suicidas si hubiera tenido la ocasión.

La radicalización de Fernández Aceña había llegado a tal punto este verano que había manifestado la posibilidad de inmolarse en un medio de transporte público o de atentar «mediante dos o tres tiros en la nuca», indicaron fuentes de la investigación. Fernández Aceña ya fue condenado a 29 años de cárcel cuando estuvo encuadrado en la banda armada GAL (tenía entonces 26 años) por el asesinato en 1984 en Hendaya del ferroviario francés Jean Pierre Leiba, a quien confundió con un terrorista de la banda ETA.

Tras concluir los registros en la vivienda situada en Segovia, los efectivos de la Guardia Civil, junto al propio Fernández Aceña, se trasladaron a Valsaín. Allí registraron el anterior domicilio del presunto yihadista, en el que había convivido con otro hombre, Tomás Cerezo, vecino de la localidad, quien también fue arrestado. Pasadas las 14:00 horas, la Guardia Civil trasladó a los dos detenidos a la Audiencia Nacional.

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