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Dos personas observan objetos en el pasillo de las máscaras.
Palencia, en busca de la cara del terror

Palencia, en busca de la cara del terror

Los zombies se mantienen, mientras crean tendencia payasos y carnes abiertas

Asunción García Diez

Domingo, 30 de octubre 2016, 22:33

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«Perdona, ¿la sangre se quita bien de la ropa?», consulta Ana María Espina mientras observa algunos envases en una estantería de Jugueterías Andérez Toy Planet. «Es que quiero pintar al niño de zombie...», explica, a la espera asesoramiento. «Ningún problema», asegura Jorge Machiñena, gerente de Jugueterías Andérez, que le muestra un producto básico y otro profesional. Y es que los disfraces con caracterizaciones sangrientas y espeluznantes han cobrado protagonismo en la celebración de Halloween, hasta el punto de que en este tipo de establecimientos la sección de maquillajes está cada vez más especializada y solicitada.

Los niños son, ciertamente, los que más viven esta celebración, con fiestas ya en los propios colegios o con amigos en alguna casa, pero también los jóvenes y adultos se han incorporado a esta tradición celta y de origen europeo, aunque aquí haya regresado desde Estados Unidos, a través de películas y de las nuevas tendencias educativas de recrear costumbres de otros países.

Precisamente, los muertos vivientes de la famosa serie de televisión The walking dead, se mantienen en plena vigencia entre los preferidos para disfrazarse. Junto a ellos, este año han creado tendencia los payasos diabólicos, que en Andérez ya se había agotado el pasado viernes. La moda proveniente de EE UU de ponerse este disfraz para asustar y hasta para cometer delitos y que ha sido utilizada en distinto puntos de España, ha hecho que la Policía anime en este Halloween a evitar esta caracterización, mediante una campaña en sus perfiles de redes sociales, con lemas como «Sé más original. El disfraz de payaso diabólico está muy visto».

Entre los menores, a los niños les gusta menos el maquillaje y prefieren un disfraz «que les haga parecer terroríficos», y en el caso de las niñas, les gusta algo que les permita también verse guapas, «de hechiceras o brujitas, con la calabaza como cestita para llevar las chuches», indica Jorge Machiñena.

El que fuera cofundador del festival Terroríficamente Cortos, ya incorporado a estas fechas en Palencia, está ya pensando en otra actividad «para animar la ciudad en Halloween y animar a la gente a salir a la calle», indica. Así, se plantea organizar una cabalgata, «una compaña de la muerte», sobre todo orientada a los más pequeños. Machiñena aboga también por recuperar la casa del terror que hubo en el parque del Salón, aunque reconoce que es más difícil porque actualmente se exigen muchos más permisos y medida para espectáculos públicos de este tipo.

Los adolescentes y jóvenes son ya unos decididos partidarios de esta noche de brujas en la víspera de Todos los Santos, puesto que han convivido con «la cultura Halloween». El gerente del establecimiento indica que entre los disfraces preferidos a esta edad, a las chicas les gusta ir «de tenebrosas, sin perder atractivo», y los jóvenes «quieren impactar con heridas brutales, y la cara rajada», aunque también ellas se suman a este aspecto con tintes atroces.

Otra apuesta segura es el disfraz de esqueleto. «Este año ha sido brutal la demanda del de la muerte, con la cara blanca, capucha y guadaña», remarca Machiñena. .

La demanda de disfraces y elementos decorativos no se limita a las fiestas en el colegio o en casa, sino que tiene un amplio campo en otros establecimientos comerciales y, sobre todos, en bares y pubes, que crean en estos días una ambientación acorde con el día de difuntos, en algunos casos muy elaborada, aunque ya no se organicen Rutas del infierno que hubo hace unos pocos años. Así, «se venden a cientos» guirnaldas de telaraña con el bicho incluido, ataúdes, o momias.

Otros ejemplares de la fauna diversa vienen a complementar este panorama terrorífico, como los también clásicos murciélagos, ratas, cobras y hombres lobo.

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