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Viernes, 16 de septiembre 2016, 10:35
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La falta de colaboración y la obstrucción a la labor inspectora de Sanidad, obligó a la Junta de Castilla y León a proceder este jueves a la paralización de actividad y al cierre cautelar del establecimiento en el que el Servicio Territorial de Sanidad ha iniciado la investigación epidemiológica, conforme marca el protocolo de actuación, ante un supuesto un brote de gastroenteritis, según informó la Delegación Territorial de la Junta.
No obstante, a última hora de la tarde de este viernes, la administración regional comunicó que se había levantado el cierre del establecimiento, «sin perjuicio de las responsabilidades que se deriven del expediente administrativo». Esta decisión se adoptó después de que por la mañana se permitiera el acceso de los inspectores, que comprobaron que se han hecho las correcciones indicadas y que el restaurante «reúne los requisitos y las condiciones higiénico sanitarias para llevar a cabo su actividad, sin riesgo para la salud de la población», según indica la Junta en un comunicado de prensa.
En total son 15 los afectados, la mitad de los cuales habría enfermado después de la celebración de una boda en este establecimiento, ubicado en la zona norte de la provincia, en las proximidades de Cantabria.
El cuadro clínico, cursó con diarrea y vómitos sin fiebre. Los afectados fueron atendidos, en su mayor parte, en un centro de salud, siendo su evolución favorable. Ninguno de los afectados requirió ingreso hospitalario.
Una vez que se tuvo conocimiento de la sospecha de un brote por el Servicio Territorial de Sanidad, se procedió de inmediato a inspeccionar el establecimiento, levantando acta de las condiciones de instalaciones decocina y comedor, indicando las normas a seguir con los manipuladores y con la recogida de las muestras testigo de todos los alimentos que se fueran a servir, para su análisis en el Laboratorio de Salud Pública.
Sin embargo, desde el lunes pasado, inspectores de los Servicios Oficiales de Salud Pública, se han personado repetidamente en el establecimiento, sin que se les haya permitido el acceso para proceder a la inspección, según indicó la Junta. Ante la situación y el riesgo para la salud de la población, se procedió al cierre cautelar del establecimiento, hasta que ayer se levantó el cierre tras la nspección practicada por la mañana.
La alerta surgió el pasado martes, cuando desde la Delegación Territorial de la Junta se informó de que se investigaba un posible brote de gastroenteritis que presumiblemente había surgido en un restaurante de la zona norte de la provincia.
Ninguno de los afectados requirió ingreso hospitalario.
Inmediatamente que se tuvo conocimiento de la sospecha de un brote por el Servicio territorial de Sanidad, se procedió a inspeccionar el establecimiento, levantando acta de las condiciones de instalaciones de cocina y comedor, indicando las normas a seguir con los manipuladores y con la recogida de las muestras testigo de todos los alimentos que se fueran a servir, para su análisis en el Laboratorio de Salud Pública.
Desde el lunes, inspectores de los Servicios Oficiales de Salud Pública, se han personado repetidamente en el establecimiento, sin que se les haya permitido el acceso para proceder conforme marcan los protocolos de inspección.
Ante la situación y el riesgo para la salud de la población, se ha procedido al cierre cautelar del establecimiento, hasta que se garantice que no existe riesgo. El establecimiento, del que no se ha facilitado el nombre, se encuentra en la zona norte de la provincia.
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