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leonor nieto
Viernes, 19 de agosto 2016, 11:38
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El sol de agosto da una tregua y se esconde entre las nubes. A lo lejos se oye el silbido de la tirolina por la que se deslizan algunos niños. Dos personas realizan escalada por una pared repleta de pequeños huecos y salientes de colores en los que poder apoyarse para llegar hasta la cima. Es un día apacible para disfrutar de La Roca.
La Fundación Eusebio Sacristán, nacida en el 2004, gestiona este centro multiaventura que ofrece múltiples actividades deportivas y de ocio desde hace dos años. Su objetivo es promocionar el deporte, la cultura y el patrimonio, especialmente en lo relacionado al tiempo libre, la educación, la formación y la inclusión de las personas. El director de la fundación, Pedro Pablo Crespo, explica que «la idea de crear esta organización surgió cuando Eusebio Sacristán, jugador de fútbol en equipos como el Barcelona, el Atlético de Madrid y el Real Valladolid, se jubiló». «Sacristán, actualmente retirado de la vida deportiva, deseaba devolver al deporte todo lo que este le había dado a lo largo de su carrera: nivel de vida reconocimiento social...», cuenta Crespo.
Todo comenzó con lo que Crespo denomina escuelas rurales. Lo que se pretendía era ofrecer actividades deportivas a aquellas personas que vivieran en un entorno rural, señala. Muy pronto comenzamos a ser conscientes del tirón que tiene el deporte y lo importante que es fomentarlo, añade.
Entre las actividades que se ofertan en La Roca se encuentran el tiro con arco, barranquismo, buceo, escalada, rappel, tirolina, espeleología y vía ferrata, una modalidad de escalada en la que se introducen hierros en la pared, formando un recorrido. El monitor Borja Rodríguez señala que «los usuarios siempre cuentan con la equipación necesaria para no correr ningún riesgo».
En un recorrido por las instalaciones, Crespo y Rodríguez explican la utilidad de cada uno de los recovecos de La Roca. A ras de suelo se abre un hueco, una cueva que imita fielmente a una real, en la que los amantes de la espeleología pueden practicar este deporte. «Lo único que le falta para ser como cualquier cueva que podamos encontrar en a naturaleza es la humedad», indica Crespo.
Otro de los grandes atractivos del centro es la poza de agua, con 25 metros de longitud y 3 de profundidad. En ella se practican inmersiones y psicoblock, una novedosa modalidad de escalada que se realiza sin cuerda y sobre el agua, ya que de esta manera se amortigua la caída. Una mujer, acompañada por uno de los monitores, cae a la piscina pero rápidamente consigue emprender de nuevo la subida hacia la cima. Borja Rodríguez, quien trabaja en La Roca desde que la Fundación Eusebio Sacristán se colocó al frente del centro en 2014, explica que «se trata de una actividad perfecta para el verano, porque el agua permite que los usuarios refrescarse y se trata de un ejercicio muy divertido».
Durante todo el año se llevan a cabo en la instalación diversos encuentros y reuniones. El presidente de la fundación, Pedro Pablo Crespo, comenta que durante el periodo estival los campamentos urbanos, en lo que han participado más de 300 niños hasta el momento, congregan a chicos de todas las edades, y que también durante el curso se realizan visitas escolares. «Aquí han venido incluso niños de tres años», comenta Crespo.
Los más pequeños no son los únicos que se divierten en La Roca. Las paredes de escalada y la poza son el escenario en que los trabajadores de empresas como MediaMarkt, Vodafone, Aguas de Palencia, Iberdrola y Televisión Castilla y León pasan un buen rato lejos de las oficinas. El propósito es crear y estrechar los vínculos entre los empleados de la empresa. «Vivir experiencias y aventuras juntos siempre estrecha lazos y se crea un ambiente festivo que no existe en el entorno de trabajo», explica Pedro Pablo Crespo.
Los jugadores del equipo vallisoletano de rugby El Salvador visitarán el viernes las instalaciones para practicar algunos de los deportes de riesgo que ofrece La Roca, ya que los clubes deportivos son otro de los públicos a los que se dirige el centro. «Es una faceta que aún nos queda por desarrollar», indica Crespo.
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