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José Luis Calvo y Carmelo Fernández, ante los restos del conde.
De Palencia a Guernica, 650 años después

De Palencia a Guernica, 650 años después

El sarcófago del conde Don Tello emprende viaje desde el convento de San Francisco a la villa que este noble fundó

ASun García

Martes, 31 de mayo 2016, 00:12

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«Muchacho, nos vemos en Bilbao». Fue la despedida de confianza del conservador del Museo de Palencia, Carmelo Fernández Ibáñez, a la figura de Don Tello de Castilla, tallada en la tapa del sarcófago, que este lunes emprendió su viaje Guernica, para ser mostrado en una exposición. El epulcro se expondrá en el Museo Euskal Herria, en el palacio barroco de Alegría de la localidad vizcaína que este noble fundó y a la que vuelve para conmemorar los 650 años del acontecimiento.

El sepulcro, del siglo XIV, es de madera de nogal tallada y policromada, y se conserva en la sala capitular del convento de san Francisco de la capital. En este local se llevaron a cabo las tareas de embalaje para el traslado, bajo la supervisión del propio Fernández Ibáñez y del delegado diocesano de Patrimonio, José Luis Calvo Calleja. De la delicada labor se encargaron los especialistas de la empresa San Roque SL, que trabaja para el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Para esta primera salida del sepulcro fuera del monasterio se han tomado todas las precauciones. El embalaje se ha hecho en dos cajas de madera, una para el sarcófago en sí y otra para la tapa. Ambas iban envueltas en un papel neutro, sin ningún producto químico que pueda desprender componentes que afecten a la madera o a la policromía, según explicó el conservador del Museo. Las cajas en las que se embalaron las piezas estaban acolchadas por dentro, también con una espuma neutra y elementos de refuerzo antigolpes.

Control de temperatura y humedad

El transporte se ha hecho en un camión climatizado, a la misma temperatura y humedad que hay en la sala capitular, y cuyos parámetros se han medido durante el último mes con un termohidrógrafo.

El sepulcro del infante Don Tello, hijo de Alfonso XI y de Doña Leonor de Guzmán, luego conde y señor de Vizcaya y que otorgó el título de villa a Guernica el 28 de abril de 1366, ocupará un lugar de privilegio en la exposición, pero una vez en el Palacio, no se abrirá hasta pasadas 24 horas para que la pieza se adapte al lugar, y también allí tendrá una temperatura y humedad controladas, «porque la madera es una materia viva», explicó el conservador, que ayer viajo a Guernica en el camión de mudanzas.

El sarcófago ha sido cedido por la Diócesis de Palencia a la Diputación Foral de Vizcaya y permanecerá aproximadamente ocho meses en la exposición, que se inauguró el pasado sábado, fecha de la fundación de la villa de Guernica hace 650 años.

El sepulcro, de sumo interés para la exposición, se encontró en 1978 empotrado en un arcosolio de la pared izquierda del presbiterio de la iglesia de San Francisco de Palencia. Fueron estos franciscanos los que hicieron el sarcófago en 1510, con la talla del conde vestido con el hábito franciscano, con el que también fue enterrado. En la tapa figuran losescudos de los Trastámara, casa a la que pertenecía, los de León y Castilla y el de Vizcaya, con dos lobos.

En el valioso sepulcro no viajan, sin embargo, los restos mortales del conde, que ayer reposaban sobre uno de los muebles de madera de la sala. El conde, que murió en Medellín en 1370, dispuso que se le enterrara en este convento de Palencia.

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