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Multitud de jóvenes esperan la apertura de Disco-Center para comprar las entradas.
Agotadas las entradas de la ITA

Agotadas las entradas de la ITA

Cientos de jóvenes invaden la Calle Mayor en una cola de horas formada por la venta de los 6.000 pases

J. OLANO

Sábado, 7 de mayo 2016, 22:35

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«Para una cosa buena que hay en Palencia, para algo que merece la pena». Era la razón que más se repetía entre los cientos de jóvenes que desde las 9 de la mañana (los más madrugadores llegaron a las 5) se han atrincherado en la Calle Mayor, formando una cola que a las 14:00 horas llegaba hasta el Salón. El motivo era hacerse con las entradas (en forma de pulsera) para la fiesta de la ITA del próximo viernes.

Los jóvenes, provistos de sillas plegables, mochilas con bocadillos y latas, y neveras portátiles con bebidas, sabían que deberían pasar unas cuantas horas hasta que a las 16:00 horas abriera el DiscoCenter Café para vender las entradas, que se agotaron en cuatro horas y media (el establecimiento no abrirá ya el domingo, que estaba previsto si quedaban aún pases).

Pero tenían más que argumentos para no perderse la macrofiesta del viernes en el parque Ribera Sur, para no quedarse sin entradas. Y eso que se calculaba que había 6.000 a la venta, después de que 2.000 se hayan adjudicado a una empresa para que las reparta (con servicio de transporte incluido) fuera de Palencia y otras 2.000 se hayan distribuido entre los universitarios del propio campus de La Yutera. «El año pasado se quedaron menos entradas en Palencia, y eso no puede ser, porque no podemos faltar», apuntaba Javier Martínez, un estudiante de Bachillerato del Alonso Berruguete, que anuncia que el viernes no irá a clase ni siquiera al examen que tiene de Inglés. Anunciaban también una pella sus amigos Adrián Antolino y Raúl Ferrer. No tendrán un negativo por faltar los estudiantes de Valladolid, ya que el día de la fiesta de la ITA es San Pedro Regalado, y por ello se congratulaban Marisa Santos, Paola López, Beatriz Matellanes, Adrián Navarro, Eva Santos y Pablo Martín, un grupo de alumnos de distintos puntos de la región que viven en la residencia Alfonso VIII.

El temor a quedarse sin la entrada estaba por encima de algunas críticas al precio (5 euros) a juzgar por la cola que ha invadido la Calle Mayor, esa que no acertaban a entender los viandantes y clientes de los comercios de la jornada del sábado en el corazón de la ciudad. Los que rápidamente lo han entendido han sido los comercios del entorno, que hasta han visto agotarse las sillas plegables o las barajas españolas para soportar la espera, que había que amenizar con comida y bebida, cuyos restos dejaron una triste sombra en la Calle Mayor. No obstante, los empleados del servicio de Urbaser han comenzado el trabajo sobre las seis de la tarde para dejarlo todo limpio. No ha habido mayores problemas, ni siquiera por los que hubieran podido generar los avispados que se han colado, sobre todo para acceder a comprar dos o tres veces y hacerse con más entradas (solo se vendían dos por persona).

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