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Archivan la acusación contra un joven por echar lejía en la comida de sus dos compañeras de piso

Las víctimas, una de ellas palentina, atribuían los hechos a discusiones desde que llegó a la casa, pero el juez sobresee por falta de pruebas

Ricardo Sánchez Rico

Martes, 19 de abril 2016, 06:28

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Dos universitarias que compartían piso en el Barrio España de Valladolid acudieron en septiembre de 2014 en diversas ocasiones al hospital con síntomas evidentes de una intoxicación alimentaria (vómitos, mareos y dolores de cabeza). Las víctimas, al principio, no sospecharon nada extraño hasta que el día 21 de ese mes y año, al ir a tomar leche, detectaron que sabía a detergente. Examinaron el resto de bebidas, alimentos e, incluso, artículos de higiene de la casa, y descubrieron que la mayoría olían a detergente y lejía, por lo que denunciaron los hechos apuntando a un tercer inquilino, en este caso un hombre, como autor. El compañero de piso, R. G. T., de 30 años en el momento de los hechos, fue detenido por agentes de la Policía Nacional dos días después y puesto en libertad al día siguiente con la pertinente orden de alejamiento de las víctimas, acusado de intoxicar a sus dos compañeras.

Las propias estudiantes, de 24 años y compañeras de facultad en el Campus Miguel Delibes de Valladolid, explicaron a los agentes en su momento que, desde la llegada al piso del tercer inquilino a comienzos de mes, habían tenido un sinfín de «discusiones a cuenta de su forma de vida y por los objetos que llevaba al domicilio». Y fue a raíz de estas disputas cuando comenzaron a sentir los citados síntomas de intoxicación alimentaria.

Las jóvenes relataron que el olor a lejía y detergente no solo se encontraba en productos como leche, refrescos o aceite, así como en otros alimentos, sino que también estaban adulterados sus champús, sus geles y sus acondicionadores. Solo ellas dos, además, resultaron intoxicadas.

El caso llegó a los tribunales, pero el titular del Juzgado de Instrucción vallisoletano que instruyó las diligencias abiertas a raíz de la detención del joven ha resuelto archivar las mismas sin llegarse a juicio, al considerar que no existen pruebas de que el joven acusado fuese quien mezcló el detergente y la lejía con los alimentos que ingirieron las dos víctimas, y tampoco la analítica que les fue realizada a las víctimas en el hospital fue concluyente, pues en su momento se les hizo un análisis normal y no de toxicología, y no se supo qué productos pudieron haberse mezclado con los alimentos que tomaron.

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