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Pasos de Nuestra Madre Dolorosa frente al Cristo de la Misericordia, ayer en la Plaza Mayor, donde se escenificó el indulto.
Los legionarios impactan en el Indulto con su ritmo marcial

Los legionarios impactan en el Indulto con su ritmo marcial

La ausencia de un preso vuelve a dejar huérfano el acto central de la procesión, pese al cambio de ubicación a la Plaza Mayor

PPLL

Jueves, 24 de marzo 2016, 23:03

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Los palentinos ya se habían acostumbrado a que la Semana Santa de Palencia contribuya a la excarcelación de un preso debido a la solicitud de indulto por parte de la Hermandad de Cofradías, pero ya el año pasado se frustró esta medida de gracia, y este año tampoco se ha concedido al no existir ningún de la cárcel de Dueñas con el perfil que exige este beneficio, según comunicó antes de la Semana Santa la Subdelegación del Gobierno.

Sin un preso que indultar, el acto que se celebra en la procesión del Indulto, que organiza la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia, queda huérfano, descafeinado y desvirtuado. Este año, el itinerario de la la procesión se había modificado para cambiar el punto en que se escenifica el indulto. De la calle Mayor, a la altura de San Agustín y con la Virgen de la Piedad como testigo y notario, ayer se desarrolló en la Plaza Mayor, frente a la Casa Consistorial y con Nuestra Madre Dolorosa como imagen mariana, que no desfiló pero sí estuvo presente en el acto de la Plaza Mayor.

El sacerdote Raúl Muelas, colaborador de la parroquia de la Virgen de la Calle, donde se venera en su capilla al Cristo de la Misericordia, sustituyó este año al párroco, Feliciano Pérez Moreno, como guía espiritual del acto. Muelas recordó la convocatoria del papa Francisco del Año Jubilar de la Misericordia, que vinculó la medida de gracia que supone el indulto parcial o total a una preso condenado firme por un tribunal. Muelas destacó que el verdadero indulto lo protagonizó Cristo con su muerte. El sacerdote se refirió a la ausencia este año de un preso indultado por el Gobierno, pero matizó que «esta circunstancia no debe despojar del verdadero sentido de este acto», que es el perdón de Cristo.

La lectura de la oración que el papa Francisco ha divulgado para este Año Jubilar de la Misericordia y el rezo de un Padre Nuestro cerraron este momento, que gráficamente quedó simbolizado en un penitente de la cofradía del Cristo de la Misericordia con una almohada morada sobre la que se exponían unos grilletes antiguos. En la primera parte de la procesión este hermano desfiló detrás de la carroza del Cristo, pero tras la representación del indulto se desplazó delante del paso. La Banda Municipal de Música interpretó en ese momento la marcha fúnebre Misericordia.

Pero la gran novedad de esta procesión fue la presencia de 19 miembros de la Agrupación de Antiguos Legionarios de Valladolid, que portaron a hombros a Jesús Crucificado sin andas, con el hombro pegados al madero de la cruz, que desfiló completamente horizontal, una manera inédita de el Cristo de Alejo de Vahía. Los exlegionarios formaran un cuadro inédito en la Semana Santa de las últimas décadas, ya que desfilaron marcando el paso, a un ritmo marcial, en mangas de camina y con los botones superiores de la camisa desabrochado. Una imagen típica de este cuerpo militar que en la Semana Santa de Málaga emociona cada Jueves Santo a miles de personas con su traslado del Cristo de la Buena Muerte. La formación que ayer desfiló en la procesión del Indulto en Palencia estuvo integrada por seis cargadores, el portador del banderín, cuatro tamborileros y siete de a pie. La agrupación volverá mañana a la procesión de la Soledad.

La procesión del Indulto arrancó quince minutos antes del mediodía con la salida del Cristo de la Misericordia de la iglesia de la Compañía al ritmo de la Marcha Real interpretada por la agrupación musical de la cofradía organizadora, que inició su ruta hasta la plaza de San Pablo donde le esperaban el resto de hermandades.

En ese punto se inició la procesión completa, que abrieron cinco jinetes a caballo de la Unidad Central de Caballería de la Comisaría General de Madrid del Cuerpo Nacional de Policía, cuyos agentes escoltaron al paso titular de la procesión. Continuó el cortejo la banda de cornetas y tambores de la penitencial organizadora, a la que siguieron Jesús de a Sentencia, Virgen de la Piedad, Jesús de Medinaceli que llevaba su imagen titular, Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosa con el crucificado de Alejo de Vahía llevado a hombros por los antiguos legionarios, Virgen de la Soledad, Jesús Nazareno, Santo Sepulcro y Santa Vera Cruz, con el Cristo del Otero de San Pablo, que pertenece a la escuela palentina del siglo XVII. Cerraron la procesión la Banda Municipal de Música y las representaciones institucionales y de las cofradías.

No fue una procesión larga. Los cuadros no eran muy numerosos, salvo en las hermandades que aportaban pasos. Esta escasez de hermanos puede tener una explicación: en la tarde del jueves comienzan los grandes desfiles procesionales, y los cofrades se reservan para esos actos, que culminarán el domingo con el Rompimiento del Velo.

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