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«Me ha tocado el Gordo dos años seguidos, es una suerte enorme»

«Me ha tocado el Gordo dos años seguidos, es una suerte enorme»

Juan García-Escudero, creativo del anuncio de la lotería y sobrino del médico palentino que le inspiró el 'spot' del año pasado, repite éxito con el vigilante de la fábrica de maniquíes

J. Olano Olazabal

Miércoles, 9 de diciembre 2015, 12:23

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Justino es el vigilante nocturno de una fábrica de maniquíes que protagoniza el corto de animación del anuncio del sorteo de la Lotería de Navidad de este año. Por segundo año consecutivo el concurso se adjudica con la posibilidad de prorrogarse un año, como ha sucedido, Loterías y Apuestas del Estado ha decidido confiar en la agencia de publicidad Leo Burnett, dirigida por Juan García-Escudero, que ha apostado de nuevo por la historia de una persona que no compra lotería. Sin embargo, el día del sorteo recibe su décimo premiado porque sus allegados creen que «el mayor premio es compartirlo».

La historia recuerda a la de Manuel quien tras no comprar lotería, vio cómo el Gordo tocaba en el bar de Antonio, basada en un hecho real, la del otorrino palentino Enrique de Soto, que su sobrino Juan García-Escudero reprodujo en el anuncio de 2014 con tanto éxito. No lo es menos el spot de este sorteo, que ha tenido una redifusión inusitada por las redes sociales, además de haber despertado millones de sonrisas, también la del otorrino palentino por el buen hacer y el éxito de su sobrino.

¿Qué se siente al ser el creador del anuncio más entrañable, impactante y esperado del año?

Yo lo comparo con ganar la lotería. Esto es como que te toque el gordo, y además en nuestro caso dos veces. Es una suerte enorme.

¿Compra lotería habitualmente o ya no le hace falta?

Sí, en la oficina jugamos y con mucha ilusión. Hay pocas oportunidades como esta en el año, porque la gente tristemente casi odia la publicidad. Durante el año, no es demasiado interesante ni emocionante en ningún sentido, por tanto que exista una oportunidad como la que te da Loterías y Apuestas del Estado de hacer este anuncio, para nuestra agencia es una gozada.

¿Teme que se le encorsete como el hombre del anuncio de la lotería de Navidad o es el mejor apellido que un creativo puede llevar?

Desde luego es un lujo que ojalá pudiéramos hacer todos los años.

¿La historia de Justino tiene una base real como la de Manuel de 2014?

No nos hemos basado en ninguna anécdota. Esta vez, al ver cómo podíamos darle vida al lema de El premio es compartirlo empezamos a pensar en que teníamos que hacerlo a través de una historia totalmente diferente. Esa fue una de las razones de hacerlo en animación. En realidad, parte de que para crear buenas historias hay algo clave que es tener un buen personaje. Cuando tienes un protagonista que es muy bueno, es una buena historia casi siempre. Y los buenos personajes siempre tienen que tener un anhelo, no pueden ser perfectos, tienen que tener algo que les falle, que necesiten completar, un objetivo. Y a Justino lo que le pasa es que no puede compartir porque no se cruza con sus compañeros. Así se nos ocurrió un vigilante nocturno y además de una fábrica de maniquíes, que son figuras humanas que no están vivas, lo que acentúa la sensación de soledad. Yeso que es un tío muy majo y se lo pasa bien haciendo lo que hace en su trabajo en la noche, pero la historia hace sentir que ojalá estuviera acompañado.

¿Se parecen Justino y Manuel?

Los dos tienen un anhelo, que es que no han podido compartir con los demás. Pero hay algo que les diferencia. Así como el año pasado el sentimiento que inspiraba Manuel era de lástima, el que inspira Justino es más de justicia, porque lo que quieres es que a este hombre le vaya bien, porque se lo merece. Se da tanto a los demás y no se preocupa de sí mismo, que es de justicia que le vaya bien.

¿Un anuncio muy entrañable pero que busca la lágrima, igual que el de Manuel el año pasado?

Es curioso porque el espectador se pregunta si queremos que la gente llore. Yno es así. Quieres que sea algo emotivo, que toque a la gente. Cuando algo te emociona, es un sentimiento bonito, y qué más bonito que conmover. Eso quiere decir que has conectado con alguien a un nivel muy profundo, que has hablado de cosas importantes. ¿Yqué más bonito que conmover con un trabajo artístico? Si alguien hace una pieza de música y la gente llora con ella, se consideraría una belleza. En los anuncios pasa un poco lo mismo, porque sí hemos querido que se parezca poco a un anuncio, sino que sea un corto de animación.

¿La elaboración ha sido más costosa en todos los sentidos?

Económicamente, es muy similar a la cifra que se gastó el año pasado (en torno a 800.000 euros incluida toda la producción), pero es muy laborioso y el proceso de elaboración, es muy lento. Primero se hacen dibujos como los de toda la vida, en lápiz y papel en dos dimensiones, luego se crean los escenarios con acuarela, y luego una vez va naciendo la historia, se hacen los entornos en tres dimensiones, y se empieza a dar movimiento, iluminar... Es un proceso muy largo, que empezamos en verano, que es cuando para mí empieza la Navidad.

Un anuncio que nace con el objetivo de ensalzar la ilusión por compartir y que ha sido muy compartido en redes sociales...

La campaña hace honor a lo que supone compartir. Además, este año, como novedad, hay una parte muy divertida y gracias a las redes sociales hemos podido hacerlo. Hemos creado una página para la fábrica de maniquíes en la que puedes seguir la historia día a día en Facebook. Yademás Justino por las noches tiene Instagram, se hace selfies y puedes seguir su vida. Yes maravilloso porque la gente le adora.

¿Dónde está este año Manuel?

Sigue con su trabajo de actor, pero no le está yendo muy bien. Su cara se ha hecho tan famosa, pero está habiendo ciertas reticencias a que le den nuevos papeles. Yes una injusticia, porque es increíble como actor, buenísimo. Ojalá que le den un papel importante.

¿Ydónde colocaría al personaje un año después de tocarle la lotería, en una hamaca bajo un cocotero?

Lo bueno de esta lotería es que no te tocan 20 millones de euros, que eso seguro que te hace más infeliz. Lo chulo es que te toca a ti, a tu madre, a tu hermana, y se hacen cosas más lógicas, como un viaje estupendo o arreglos, pero no es un despilfarro como lo puede ser la compra de una mansión.

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