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Ricardo Sánchez Rico
Domingo, 11 de octubre 2015, 21:54
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A las oficinas del Danisa Cristo Atlético han llegado informes de numerosos técnicos, pero tendría que haber recurrido el club a la filmografía de Denzel Washington. Un perfil de entrenador mezcla de John Creasy, Rubin Carter y Herman Boone sería la bomba. Trasladen por un momento al banquillo la determinación de un exagente de la CIA buscando vengarse de los secuestradores de su pequeña cliente; la intimidación del Huracán en el cuadrilátero, y la capacidad de aunar voluntades del preparador de los Titanes. Ahora, piensen en Fernando Maté Pahíto, al que le ha caído este domingo el marrón de asumir el puesto con ficha de delegado. Por faltarle, le hacían falta hasta varias manos de betún para asemejarse a ese actoral rostro. Le hacía falta urgentemente un entrenador al Cristo Atlético, real y no de Hollywood, y el marrón se lo ha pasado a Manuel Infante, Lolo, que vio desde la grada el 1-5 que le endosó el Almazán en un partido (otro) para olvidar.
Eso sí, por criterio propio o impuesto, la mano de Pahíto se dejó notar desde antes del partido, cuando en la convocatoria del Cristo Atlético figuraba un Colino sin entrenamientos, y en el once inicial, un Camilo defenestrado por el anterior técnico, Toño Marcos. Camilo le devolvió la confianza de Pahíto con unos primeros minutos de protagonismo absoluto en el bando local. Primero, con el penalti que forzó al ser zancadillado en el área por Anto, lo que permitió a Aitor transformar el lanzamiento y colocar en ventaja al Cristo Atlético (el equipo había anotado un gol en las siete jornadas anteriores, y ayer le bastaron diez minutos para conseguir idéntico botín). Después, realizando una buena jugada personal que acabó con un remate en escorzo y el balón yéndose en medio vaselina por arriba de la meta de Andreas. Entre medias, Camilo se pegó con toda la zaga del Almazán, incordiando cuanto pudo. Mordía el Cristo Atlético, lo juro.
Parecía transformado, más agresivo que nunca, con Víctor tocando balón y el debutante Tomás Carrica barriendo por delante de la defensa, como buen cinco argentino. Eso sí, el Almazán tuvo una buena ocasión en el minuto 22, cuando el disparo cruzado de Diego Antón obligó a Marcel a una buena estirada. Pero en líneas generales, el equipo de Pahíto cuajó un buen primer tiempo, el mejor de los disputados hasta el momento esta temporada en La Balastera. Y se fue 1-0 al descanso, frotándose los ojos al mirar al marcador.
No podía esperar el Cristo Atlético que el Almazán le sirviese en bandeja el primer triunfo de la temporada, y se vio de salida en la reanudación, con dos buenas ocasiones de los sorianos en apenas seis minutos. La primera, en un trallazo de Lobera que Marcel desvió a córner, y la segunda en un remate de cabeza de Anto al saque de un córner que se fue arriba por poco. Pahíto llamó a Colino, otro que no rascaba ni bola con Toño Marcos, y el Cristo Atlético juntaba a tres hombres en punta. Era la determinación de John Creasy en busca de los primeros tres puntos. Pero lo que llegó fue el empate del Almazán en el minuto 63, en una jugada en la que Diego Antó, su jugador más peligroso, fue con más convicción a por el balón que Garci y terminó por llevárselo, fusilando a Marcel. Se agigantaban los sorianos, empequeñecían los jugadores del Cristo.
Colino falló en un pase en el centro del campo y Diego Antón perdonó el 1-2. Pero quien no perdonó fue Gonzalo en el minuto 78, después de que Garci culminase su nefasta tarde con un penalti a Diego Antón cuando se plantaba solo ante Marcel y la consiguiente cartulina roja directa. Y Culebras pudo hacer el 1-3 en un remate de cabeza que se estrelló en el larguero. Denzel Washington desteñía a cada minuto, el Cristo no era huracán ni titán.
Diluido, encajó el 1-3 en el minuto 84, en otra jugada de Diego Antón, pesadilla para los de Pahíto, que culminó Altelarrea. Culebras, en el minuto 87, hizo el 1-4 en un gran remate de cabeza. Y Diego Antón, de penalti, el 1-5 en el descuento. Igual hubiera sido mejor haber puesto quince veces la cinta de Hossiers y Coach Carter. Pero ya no hay tiempo, la película es ahora de Lolo.
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