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Carlos Rodríguez trabaja en su taller de Villaldavín.
‘Surfeando’ sobre el asfalto

‘Surfeando’ sobre el asfalto

Un emprendedor palentino fabrica a mano tablas de ‘longskate’ que viajan desde Villaldavín hasta puntos tan remotos del globo terráqueo como Canadá o Australia

J. B. IGLESIAS

Martes, 26 de mayo 2015, 11:58

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Innovar desde el ámbito rural y apostar por residir en él para abaratar costes a la hora de crear un negocio se ha convertido en una apuesta de muchos emprendedores obligados a huir del mundanal ruido. Carlos Rodríguez, un palentino técnico de formación de la familia profesional de la madera y amante de los deportes al aire libre, aparcó las aulas en tiempos de crisis para volcarse en un taller de capintería artesanal donde fabrica a mano tablas para practicar longskate, parte de las cuales se exportan a países como Australia, EE UU, Argentina, Canadá, Panamá, Francia o Alemania desde Villaldavín, un municipio de solo diez habitantes todo el año.

El artesano lleva cerca de veinte de sus 48 años trabajando la madera con todo tipo de elaboraciones y hace cuatro decidió fabricar tablas que respetan las formas básicas de las de surf e incorporan ruedas. Bajo la denominación de Long Rodríguez patentó una de las escasas marcas de los denominados longboards artesanos que hay en España y, al más puro estilo clásico, ha diseñado y acomodado a las nuevas tendencias urbanas «tablas de medidas grandes y con un giro enorme, que hacen sentir la sensación de surfear sobre asfalto», tal y como explica.

La financiación para cursos de formación en su oficio artesano que impartió Carlos durante varios años a través del servicio público de empleo Ecyl de la Junta se vio muy recortada y decidió centrarse en un taller de artesanía, dado de alta como tal por la Agencia de Desarrollo Económico (ADE) en el pequeño pueblo palentino de Villaldavín, en una casa rehabilitada del siglo XVI.

«Utilicé el medio rural por la facilidad que existe al tener un taller anexo a mi vivienda. Aquí cuento con maquinaria adecuada y el espacio necesario, y en la ciudad tienes que irte a un polígono y los costes son muy altos. La verdad es que trabajar en pueblos, sobre todo del norte, donde el clima es más duro en invierno, no es tan idílico como la gente se piensa, y el proyecto debe ser innovador para alcanzar cierta viabilidad», explica.

«Los longboards no son tablas para acrobacias, y su peso y dimensiones hacen que se cubran las distancias previstas de forma cómoda», expone. Tienen unas medidas que abarcan desde las 55 hasta las 70 pulgadas es decir de 1,40 a 1,80 metros y todas las piezas son realizadas de forma artesanal y con las mejores calidades.

Mercado internacional

Los precios van de los 450 a los 480 euros, y para fabricar una tabla se requieren entre diez y doce días de trabajo antes de su entrega al cliente. Carlos utiliza maderas claras como el abedul, arce, cedro, cerejeira, framiré o fresno, junto a las maderas oscuras usadas para las almas, partes centrales y decoración del tail (la cola) de las tablas, con variedades como la jatoba, mongoy, iroko, guayacan, elondo o mansonia.

En España, la mayor parte de los aficionados a los longboards proceden de ciudades y zonas de costa del sur de España por su climatología favorable y la facilidad para desplazarse patinando con ellos, además de Madrid y Barcelona, dada su alta densidad población y la entrada natural de las nuevas tendencias. Los encargos vienen prioritariamente del extranjero, donde Carlos ha vendido un 60% de las 81 tablas confeccionadas en los últimos cuatro años. «Hay una en California, dos en Arizona y otra en Panamá, donde se distribuyen para Latinoamérica a través de la tienda de un conocido», relata.

«El comercio de productos de skate a nivel internacional admite cualquier madera con comportamiento mecánico adecuado y sin puntos de rotura como nudos, grietas o abolladuras, aunque hay variedades que se compartan mejor que otras», asevera. Carlos Rodríguez confía en que a través del impulso y la actualización que quiere dar a la página web www.longrodriguez.com y una mayor presencia en las redes sociales su producto sea cada vez más conocido, algo que lamentablemente no ocurre en Castilla y León.

«La verdad es que las nuevas tendencias urbanas apenas llegan aquí y sólo me han encargado una tabla en Palencia y dos en Valladolid», dice, al tiempo que añade que ha acudido ya a varias ferias del sector como la de Palo Alto en Barcelona, la Sporthand de Irún, el Festival de Surf de Salinas (Asturias) y lo hará previsiblemente a la feria de referencia en nuevas tendencias urbanas Mulafest, que se celebra en la Casa de Madrid.

Proceso artesanal

El proceso de elaboración de una tabla, según señala el artesano, es complejo y pasa por seleccionar la madera que se va a utilizar y luego se deshilan los tablones hasta conseguir piezas que se encolarán al canto para lograr una superficie máxima de 1,80 metros de largo por 30 centímetros de ancho y 1,5 de grueso. «Una vez cepillada la madera en dos placas perfectamente planificadas se prensarán con un chapado de abedul en el medio tipo sandwich, lo que pemite que la tabla cimbree y ceda al peso del patinador, para volver al estado inicial sin dañarse», concreta.

Los longboards se terminan con la línea exterior, haciendo los cantos y decorando la cola (tail), dando para ello un acabado a base de barniz de poliuretano bicomponente y añadiendo un sícile natural que imita a la parafina que se aplica en las tablas de surf, dando así agarre para no resbalarse sobre ella. «Esto lo que hace es trasladar la estética de un deporte naútico a los longboards para surfear sobre asfalto», explica.

Las tablas de distinto tamaño y tipos de madera de la marca Long Rodríguez son ideales para desplazarse de forma tranquila. «Las piezas son en su totalidad de edición limitada, y para quien lo desee pueden también ser únicas y personalizadas a medida y con unos acabados excelentes», sostiene. No obstante, concluye con humildad: «No hace falta ser ingeniero para hacer lo que hago yo, y cualquier carpintero con unos conocimientos un poco profundos y gusto por la estética surf las puede fabricar».

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