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Participantes en un curso de informática en Villamartín.
Una compañía esperada

Una compañía esperada

Los cursos y talleres de animación comunitaria de la Diputación acercan al medio rural actividades que refuerzan la vida social

el norte

Domingo, 19 de abril 2015, 12:25

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Sentir que alguien te espera le hace a uno darse cuenta de que hay alguien que está pensando en ti y que formas parte de algo. Los cursos y talleres de animación comunitaria, organizados por la Diputación Provincial, además de dinamizar la vida en los pueblos y la actividad de sus habitantes, logran precisamente eso, hacer sentir a sus alumnos, los vecinos de la provincia en su mayoría mujeres, que hay alguien que les espera y que forman parte de un grupo de amigos, sobre todo a aquellas personas mayores que viven solas.

Marina Pérez, de Ampudia, que acude al curso de Control de estrés y ansiedad, lo deja bien claro: «Cuando sientes que alguien te está esperando y que formas parte de un grupo, te hace sentir muy bien y querida por los demás». Marina agrega que «desaprovechar estos cursos de animación comunitaria es una lástima, porque son fundamentales y en todos se aprende algo y se enriquece de los contenidos».

«La soledad es muy dura, y por ello hay que mantener la mente y las manos ocupadas con algo, hay que cambiar de ambiente para estar entretenida, porque si no, el día se hace más cuesta arriba», dice Beatriz Luis Lobato, alumna del curso de Memoria que se imparte en Cervera de Pisuerga. «Estos cursos son importantes para estar entretenidos y para ejercitar en este caso nuestra mente», asevera. No hay más que hablar con una de sus compañeras del curso, Josefa Espinosa, de 83 años: «No tengo tiempo para nada, ni para hacer las labores, porque vengo de Memoria y luego tengo gimnasia», dice entre risas, y asegura tajante que «estos cursos son los que tiene que haber en los pueblos, y aunque yo ya estoy muy vista porque me apunto a todos, considero que son fundamentales para que salgamos de casa y nos veamos».

Josefa cuenta que ha asistido a tantos cursos de manualidades en su pueblo que «se me ha quedado pequeña la casa, porque ya no sé dónde colocar todo lo que he hecho». Pero no le importa, porque seguirá matriculándiose y ya verá luego dónde colocar todo.

Memoria, expresión corporal, resolución de conflictos, autoestima e inteligencia emocional, higiene postural y entrenamiento de la ergonomía, mantenimiento físico, salud en los mayores Los contenidos de los cursos de animación comunitaria, que llegan prácticamente a la totalidad de los municipios, son muy variados. Cristina Elejande es alumna del curso de Expresión Corporal que se imparte en Meneses de Campos. «Aprendemos mucho cómo nos podemos expresar con las manos, lo que pueden indicar nuestros gestos».

«Nosotros aprendemos de ellos y ellos aprenden de nosotros». Esta frase bien la podría refrendar uno de los alumnos de los cursos y talleres de animación comunitaria que llegan a la provincia de la mano de la Diputación, o bien uno de los monitores o profesores. Así funciona el día a día de la animación comunitaria en los pueblos palentinos, una animación que pretende eso, animar y dinamizar la vida en todos los rincones de la provincia.

«Ellos agradecen mucho este tipo de cursos porque se crea un vínculo de amistad y siempre mezclamos nuestra formación en mi caso, la informática con la labor social, porque gracias a estos encuentros la gente se ve y charla, y nosotros entablamos con ellos una relación de amistad», apunta Eduardo García, profesor de informática en más de 11 localidades, como Villasila de Valdavia, Alba de Cerrato, Castrillo de Onielo y Frechilla, entre otras, gracias al convenio que tiene suscrito la Diputación con la Universidad Popular de Palencia. Este joven aparejador e informático, trabaja ahora para la UPP. «Decidí dar un vuelco a mi vida profesional y ahora me dedico a enseñar a la gente de la provincia qué se puede hacer con Internet, como, por ejemplo, pedir cita para el médico a través del portal del Sacyl, porque muchas veces me han dicho que se paran horas al teléfono sin que nadie les conteste», apunta.

Los vecinos de toda la provincia siempre esperan la llegada de los carteles que anuncien los cursos de animación comunitaria, porque «en muchos pueblos, normalmente en los más pequeños, estas son las únicas actividades que van a tener, y con la excusa de participar en las mismas, luego ya organizan sus tertulias, juegos de mesa», señala Araceli Martínez, animadora del Ceas de Cervera de Pisuerga, que asegura que entre alumnos y monitores se crea un vínculo especial.

«Ellos se implican mucho en los talleres y cursos y eso es bueno, porque te anima a seguir. Además, son tan agradecidos con todo lo que les enseñas que ir a verles es un placer», apunta Reyes, profesora de Expresión Corporal, entre otras materias que imparte dentro del convenio con la UPP. Buenas palabras de los profesores a los alumnos y buenas palabras de los alumnos a los profesores. «Araceli es un encanto porque nos enseña muchas cosas», dice Josefa Espinosa. Cristina Elejalde dice de su monitora Reyes que «es majísima, y además, con los profesores, luego nos hacemos amigas y hablamos de todo».

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