La esperanza de vida crece y logra que 94 palentinos lleguen a ser centenarios

Palencia sigue instalada en un ciclo de dificultades demográficas en las que se acrecienta el envejecimiento de la población, la caída de la natalidad y la fuga de jóvenes a otras provincias. Se pierden vecinos y los que quedan suman cada vez más años. Pero también tiene algo de positivo si la realidad se quiere mirar con la lupa de la vejez, a través de la que se revela que se vive mucho más, que la vida se alarga.

La esperanza de vida (el número de años que esperaría seguir viviendo una persona de una determinada edad en caso de mantenerse el patrón de mortalidad por edad) crece. Así, España se ha convertido en el país de la Unión Europea (UE) con la esperanza de vida más alta, de 82,5 años, y más en el caso de las mujeres, que es de 85,5 años ocupa el segundo puesto en el ranking de los 34 estados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), solo por detrás de las japonesas (que es de 86,4 años).

Y en Palencia, una provincia privilegiada en este aspecto, concretamente ha crecido en cinco años en las dos últimas décadas, rozando actualmente los 83 años, con siete más a favor de las mujeres respecto a los hombres. Esta elevada esperanza de vida y otros factores llevan a que la población cuente actualmente en la provincia de Palencia con casi una cuarta parte de vecinos mayores de 65 años.

Las mujeres, siete años más

Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), de los 167.609 censados en Palencia, 39.702 superan los 65 años. De estas cifras se deduce que el 23,6% de los palentinos superan esa edad, cuando en 1998, hace 16 años, los mayores de 65 años representaban el 21,5% de la población de la provincia. Además, las mujeres viven siete años más de media que los hombres.

La cifra no difiere mucho del resto de Castilla y León (con una esperanza de vida media para ambos sexos del 80,9 años), que también ha visto una evolución similar en las dos últimas décadas, volviendo la comunidad a certificar que ellas (86,4 años) viven más que ellos (81).

De los datos pormenorizados que lanza el INE, llama también la atención que precisamente esos mayores de 85 años casi han duplicado su presencia en las estadísticas en los últimos 16 años, pasando de 4.359 en 1998 a 8.030 en 2014. Y para mayor constatación del aumento de la esperanza de vida, Palencia es un ejemplo en cuanto a centenarios.

Y es que, precisamente en esta semana en la que han fallecido dos mujeres de 110 y de 111 años, todos aquellos que superan el siglo de vida merecen al menos una felicitación. También los centenarios crecen cada año en las estadísticas, con 64 en 2011 (el primer año en el que el INE desglosa la población por edades puntuales y no por grupos de edad) y 94 en este año pasado.

¿Cuál es el elemento que lleva a índices tan altos de vida? Los expertos están convencidos de que es el sistema público de salud, que permite que no haya enormes diferencias entre las diferentes clases sociales, como sí pueden darse en países como Estados Unidos. Además, las personas mayores están en general muy bien atendidas, entre otros factores, por los avances médicos y tecnológicos, el mayor acceso de la población a los servicios sanitarios y los cambios en los hábitos de nutrición y en las condiciones de vida. La OCDE destaca también que la longevidad se ha hecho más potente debido a varias cosas, entre ellas, que se registran menos muertes por enfermedades cardiovasculares, sobre todo entre los 50 y los 65 años.

Todos estos datos deben entenderse como positivos porque reflejan la mejora de la calidad de vida que han experimentado los habitantes de la provincia de Palencia, pero sirven también para evidenciar que el envejecimiento poblacional en Palencia es un hecho cada vez más preocupante.

Y la madeja se empieza a enredar con el despoblamiento que sufren las zonas rurales, sigue con la salida de jóvenes hacia otros puntos del país y del extranjero y termina con el progresivo descenso de la tasa de natalidad, si bien también conviene quedarse con lo positivo que refleja la lupa con la que debe mirarse la vejez.