Roban en un comercio, dos farmacias, una peluquería y un piso de la capital

La semana posterior a la fiesta de Reyes ha sido propicia para los amigos de lo ajeno. Dicen que en madrugadas de niebla, con esa cortina blanquecina como fiel aliado, los ladrones actúan con más frecuencia, aprovechando además que las bajas temperaturas hacen de las calles un desierto a esas horas. Sea por ello o no, lo cierto es que en la última semana han proliferado los robos en la capital palentina, con siete establecimientos víctimas durante el fin de semana y algunos más en días anteriores.

El primer robo tuvo lugar en la madrugada del pasado miércoles, cuando autor o autores desconocidos accedieron a una farmacia ubicada en la esquina de la calle Santiago con la plaza RabíSem Tob de la capital palentina, tras forzar una puerta lateral del establecimiento (extrajeron el bombillo), apoderándose de dinero en la oficina, pero al parecer no de medicamentos.

Dos días más tarde, el pasado viernes, los ladrones actuaron en una vivienda de la plaza de San Pablo. Pese a que la cerradura está echada con cuatro vueltas de llave, los delincuentes abrieron limpiamente la puerta utilizando el método del bumping (consiste en la apertura de cilindros de forma limpia, sin rotura, mediante la percusión de sus pitones a través de llaves manipuladas para ello, las llamadas llaves bump). También se apoderaron de dinero.

Ayer, la jornada de los cacos fue intensiva, porque robaron en una farmacia de la Calle Mayor, a la altura del colegio de Villandrando; una tienda de ropa de hogar, en la calle Barrio y Mier, y una peluquería, en la avenida Cardenal Cisneros.

En la farmacia, los delincuentes rompieron el cilindro de la cerradura y entraron, pero una vez en el interior cerraron de nuevo la puerta. Tras apoderarse de dinero, el autor o autores de los hechos salieron por la otra puerta de la farmacia, que tiene cerrojo. A la tienda de ropa de hogar accedieron los ladrones con guantes, ya que las únicas huellas que encontró la Policía Científica fueron pisadas en el suelo, que estaba mojado. Forzaron limpiamente la cerradura de entrada, y se llevaron también dinero. Y por último, a la peluquería entraron tras romper también el bombillo de la puerta. Un vez dentro, se apoderaron de una pequeña cantidad de dinero y del bote de las propinas.

Además, los delincuentes intentaron robar también en una corsetería de la calle Balmes, pero no pudieron acceder al no poder romper el cilindro de la cerradura.