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José Antonio besa a Anabel Gago después de que la lotera les entregase a él y a Ismael (a la derecha) los décimos premiados. Lari, el dueño del bar Ideal, al fondo.
El gordo dejó 3,9 millones en Dueñas y Venta de Baños, de los 28 que repartió

El gordo dejó 3,9 millones en Dueñas y Venta de Baños, de los 28 que repartió

La lotera vendió 10 décimos en ventanilla, otros 17 se repartieron a través del bar Ideal y los otros 3 los compró un madrileño en Baños

Ricardo Sánchez Rico

Martes, 13 de enero 2015, 11:34

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Con los nervios ya más reposados, transformados en completa satisfacción, Ana Isabel Gago hacía balance ayer de lo que ocurrió el sábado, cuando su administración de lotería ubicada en Dueñas se elevó casi a los altares. Más que la administración, ella, una lotera que heredó el negocio familiar que abrieron sus padres en 1978 y con la única pena que le queda es que ellos no hayan podido celebrar los dos populares premios que Ana Isabel Gago ha repartido en los tres últimos años. La suerte le sonrió en diciembre de 2011 con el 80.895, y poco más de tres años después, ha repetido diana y terminación en 5, aunque esta vez hasta con más tino. Yes que después de distribuir nueve millones de euros hace tres años, el primer premio del Sorteo Extraordinario de Invierno hizo el sábado que Dueñas fuera la fuente de la que manaron los 28 millones de euros de ese precioso 75.135. Inicialmente, Ana Gago estimó que había repartido 30,6 millones, pero tras las primeras horas de nervios, hizo cuentas y se dio cuenta de que habían sido 28.

La diferencia reside en que el Sorteo Extraordinario de Invierno, el primero del año después de la lotería de El Niño, venía antes consignado en 12 series, pero ahora son 10. De ahí que Ana Gago pensara inicialmente que había repartido 1,3 millones en cada serie (es decir 15,6 millones), más los 15 millones del premio especial.

El grueso de la suerte hizo sonreír a los vecinos del municipio próximo de Valladolid de Cubillas de Santa Marta, adonde viajaron 7 series, es decir 24,1 millones de euros (incluyendo los 15 del premio especial).

En Palencia han quedado las otras tres series, es decir 3,9 millones de euros, una de ellas vendida en ventanilla en la propia administración de Dueñas, y las otras dos, en Venta de Baños. Con alegría, porque como lotera ya no se va a desprender de ella nunca en la vida, Ana Isabel Gago recordaba ayer que llevó dos series al bar Ideal de Venta de Baños.

Como marcan sus hábitos laborales, la lotera fue el viernes a recoger los décimos que no se habían vendido y a dejar los del siguiente sorteo. Del bar Ideal se llevó cinco de los veinte que había dejado una semana antes, y en su itinerario por los establecimientos hosteleros de la zona para repetir esa operación de recogida y entrega de nuevos décimos, un madrileño de visita en Baños de Cerrato se interesó por si tenía alguno terminado en 5. Así fue como se desprendió de otros tres décimos que llevaban la fortuna pegada a ese 75.135, y volvió a la administración ya solo con dos de ellos, los dos que José Antonio L. M. e Ismael O. T., dos socios de un taller de automoción de Venta de Baños, reservaron por teléfono a través del dueño del bar Ideal de Venta de Baños, una práctica no demasiado habitual, pero que llena aún más de satisfacción y felicidad a la lotera de Dueñas. Ytambién una práctica que demuestra una confianza que hace que sus clientes la tengan en los altares.

«¿Ustedes son los muertos de miedo?»

La lotera de Dueñas entrega a dos agraciados los dos décimos que no pudieron comprar en el bar Ideal de Venta de Baños y que les guardó

«¿Ustedes son los que estaban muertos de miedo?». Así entró en el bar Ideal de Venta de Baños, ubicado en la plaza Puerta del Sol de la localidad, Ana Isabel Gago, lotera de la administración número 1 de Dueñas que el pasado sábado llevó la fortuna a la localidad eldanense, a Venta de Baños y, sobre todo, a Cubillas de Santa Marta (Valladolid), al repartir diez series del número 75.135, entre ellos el premio especial de 15 millones.Se refería a José Antonio L. M. y a Ismael O. T., dos socios de un taller de automoción de Venta de Baños, que aún no tenían en su poder el décimo con el que cada uno de ellos había resultado agraciado. «Llevamos diez años jugando aquí todas las semanas. Cuando le llamé el viernes a Lari (Leonardo Garrido, dueño del bar) me dijo que ya había venido la lotera y que se había llevado la lotería, así que Lari llamó a Anabel para que nos guardase los dos décimos. El viernes por la noche, Lari me confirmó por whats app que ya estaban guardados, así que no he estado nervioso. A Anabel no la conocía mucho, pero sí a Lari, de toda la vida, y con él tenía tranquilidad», afirmaba ayer José Antonio, quien, junto con Ismael, se acercaron hasta el bar Ideal para que Anabel Gago les hiciera entrega de los dos décimos premiados.

«He estado todo el fin de semana con el diablo en el oído», comentaba jocosa la lotera cuando se le preguntaba si sintió la tentación de haberse quedado con los décimos. «Pero venga, soltad los 16 euros cada uno, los quince del décimo y el eurito del café», apostillaba entre risas Anabel Gago, haciendo alusión al anuncio de la lotería de Navidad en el que Antonio, el dueño del bar, le cobraba 21 euros por el café a Manuel, veinte por el décimo que le había guardado y uno por la consumición. «Ya nos había pasado más veces, que le decimos a Lari que nos dé la lotería y al final, después de pedírsela varias veces, nos vamos sin que nos la dé, porque está a otra cosa», añadía divertido José Antonio. «¡Ves! ¡En este rato que llevamos aquí le he pedido la lotería de esta semana cuatro veces y no me la ha dado!, añadían José Antonio e Ismael, que en 2001 resultaron agraciados con tres millones de las antiguas pesetas en la Primitiva y que guardaron entonces una botella de champán en el frigo del taller «para cuando nos tocase la lotería, así que la abriremos», comentaban los socios.

Leonardo Garrido, dueño del bar Ideal, también resultó premiado con un décimo. «Me he quitado un gran peso de encima, por cómo están las cosas y el negocio. Tenía mucha confianza en que me iba a tocar la lotería», señalaba Lari, que desde hace dos años jugaba siempre un número acabado en 5, «aunque todas las semanas cambiamos». Era un hombre feliz, había repartido en su bar 15 décimos del primer premio del Sorteo Extraordinario de Invierno. Uno de ellos, a José, que regenta el quiosco de la plaza, y que jugaba un décimo a medias con su cuñado. «Lo va a disfrutar el banco», comentaba el quiosquero. También a Tito, de la tienda de muebles Palacio de la Moda, le esperaban en el bar la lotera y José Antonio e Ismael, para felicitarse mutuamente, porque él también jugaba un décimo.

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