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Sor Teresa de Prado y Marcelino García Velasco, durante el acto teresiano.
La palabra de Santa Teresa

La palabra de Santa Teresa

La iglesia de las Agustinas Recoletas acoge el relato de la fundación palentina

fernando caballero

Sábado, 27 de diciembre 2014, 23:26

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En Palencia vive «gente de la mejor masa y nobleza que yo he visto». Esta expresión de Santa Teresa es la más conocida del relato de su fundación. Sin embargo, no es la única. El Libro de las fundaciones recoge todos los avatares que vivió la santa abulense para crear la casa de Palencia, sus relaciones con el obispo Álvaro de Mendoza y el canónigo Jerónimo de Reinoso, las dificultades, la devoción por la Virgen de la Calle... Muchos aspectos que este sábado se han revivido en la iglesia de las Agustinas Recoletas, en un acto sencillo e íntimo, en el que sor Teresa de Prado, superiora de la comunidad de carmelitas misioneras teresianas fundadas por el carmelita descalzo Francisco Palau, y el poeta palentino Marcelino García Velasco narraron, con el relato del capítulo 29 del Libro de las fundaciones y poemas de la santa, la creación de la casa en Palencia, el convento de San José, que se produjo el 28 de diciembre de 1580, en un edificio que ahora ocupa la iglesia de San Bernardo.

La religiosa y el poeta alternaron, delante del retablo barroco dedicado a la Virgen de la Espectación y entre motivos religiosos navideños, relatos y poemas de Teresa de Ávila, y entre medias, composiciones de la época interpretadas al órgano por Álvaro Rubén García Arroyo. Sor Teresa de Prado y Marcelino García aportaron las voces de la santa, sin escenificación alguna, las palabras desnudas, narrativas unas, poéticas otras. En ambos casos, textos de una sencillez conmovedora, propia de una religiosa que terminó siendo doctora de la Iglesia.

El recital se abrió con las palabras de una agustina recoleta, cuya comunidad, formada por diez religiosas, presenció el acto desde el apartado coro bajo de la capilla. Precisamente, su elección por la comisión diocesana del centenario de Santa Teresa para acoger el acto estaba plenamente justificada por las relaciones de este convento con la santa. La fundadora de la casa palentina de las recoletas, Mariana de San José, conoció a la santa de Ávila y se inspiró en su obra reformadora. Antes de que llegaran las recoletas a Palencia, Francisco de Reinoso ofreció a Santa Teresa para su fundación la casa que más tarde ellas ocuparon, pero este ofrecimiento «no fructificó por no haber entonces ningún monasterio próximo a la catedral», según aseguró la agustina recoleta que abrió el acto.

Marcelino García Velasco, con la declamación propia del gran poeta que es, leyó los poemas Dilectus meus Mihi, ¡O, hermosura!, Paciencia, Loa a la cruz, A la exaltación de la cruz, Coloquio de amor, Ayes del destierro, Pastores que veláis, Al nacimiento, A la gala de la religión, Ya no durmáis y Vivo sin vivir en mí, el más conocido de la santa, que el rapsoda definió como «el más místico, el más sencillo y el más esclarecedor.

El acto lo cerraron la Escolanía Niños de Coro y el coro de mayores de la catedral, acompañados al órgano por Andrés Florez, que interpretaron el Himno a Santa Teresa.

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