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Ana Fernández muestra el cartel con la foto de su madre en febrero de 2012.
Tres años sin noticias de María

Tres años sin noticias de María

La hija de la mujer desaparecida en Villada pide que no se abandone la búsqueda

Asunción García Diez

Miércoles, 22 de octubre 2014, 12:12

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«Ha pasado lo que pasa con todas las desapariciones, que la gente sigue a lo suyo, se olvida, y tú sigues con el problema». Es la respuesta de Ana Fernandez López, una de las hijas de la mujer desaparecida en Villada hace tres años, acerca de si ha habido alguna noticia sobre su madre en este tiempo. Ana Fernández, que vive en la localidad próxima de Pozuelos del Rey, teme que también se haya abandonado la investigación policial. «Es verdad que al principio se hicieron grandes esfuerzos, pero en los últimos años no me han vuelto a decir nada ni he tenido ninguna noticia de lo que se está haciendo», indica, y muestra su confianza en que el caso no quede aparcado.

Tres años después de la desaparición de María López Mosquera, de 95 años, su hija asegura que «sigo maldiciendo el día que la trasladé allí», indica en alusión a la residencia de Villada, donde vivía su madre y de donde salió una soleada tarde de sábado, a dar un paseo. María desapareció ese 22 de octubre de 2011, y desde entonces nunca más se supo, pese al impresionante despliegue de búsqueda por parte de la Guardia Civil, que movilizó desde ese día y durante mucho tiempo después patrullas, unidades, helicópteros, buzos y perros. A las pesquisas se unieron vecinos, cazadores y voluntarios, sin que se hallaran rastros fiables de María.

La Guardia Civil mantiene el caso abierto y lo revisa periódicamente

  • «Aquí no nos olvidamos de nada. De hecho, cada caso de estas características que puede tener algún punto de conexión, reverdece el tema», según declaró recientemente el teniente coronel de la Guardia Civil, Calixto Villasante, acerca del caso de la desaparición de María López. Añadió que «en la Guardia Civil, cuando quedan algunos asuntos pendientes, como en este caso, es como una espinita que se queda clavada».

  • Villasante asegura que se vuelve a revisar el caso periódicamente para tratar de descubrir nuevas vías de investigación, «le damos vueltas, y cuando no se consiguen resultados óptimos, crea una sensación de desasosiego que no se te quita en la vida», indica.

  • El teniente coronel explica que en las reuniones se habla de este asunto, «y cuando llega alguien nuevo le encargamos que vuelva a revisar el caso a ver si ve otra línea en la que poder avanzar». Calixto Villasante subraya que no poder aclarar estos casos es motivo de preocupación para los agentes, «a cualquier policía o guardia civil, le dejan una mala sensación y preocupación estos casos que se quedan ahí, con un cierto halo de misterio» .

«Como me dijo la Guardia Civil, alguien tuvo que ver algo», recuerda Ana Fernández, que le ha dado mil vueltas a lo que pudo ocurrir. «Pudo ser que alguien se la llevara para robarle, o puede que ocurriera un accidente y lo estén ocultando, pero alguien lo sabe». Por eso, Ana Fernández afirma que evita pasar por Villada, «porque veo a todo el mundo como sospechoso». Meses después de la desaparición de su madre, asumió que habría fallecido, pero quiere saber dónde está. «Lo llevo muy mal. Hay personas conocidas que han muerto, voy a los funerales y pienso que por qué no he podido yo enterrar a mi medre», lamenta.

Debido al tiempo transcurrido, ya nadie busca un cuerpo, sino algún resto de ropa o calzado que pueda aclarar dónde desapareció. La Guardia Civil mantuvo como hipótesis más probable que estuviera en el entorno de la residencia y que fuera difícil hallarla debido a la extrema delgadez de María.

Su hija Ana aún no ha descartado encontrar algo que permita aclarar la desaparición. «Salgo al campo, voy a buscar setas y siempre lo tengo presente. Voy mirando por si hay restos de ropa, un zapato...», explica.

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