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Guardias civiles y bomberos trasladan el féretro de una de las víctimas del accidente en Torquemada.
La colisión de los dos autobuses pudo deberse a una imprudencia

La colisión de los dos autobuses pudo deberse a una imprudencia

La Guardia Civil sigue investigando por qué el primer vehículo frenó en el carril de aceleración y provocó la colisión con el que venía detrás

Ricardo Sánchez Rico

Martes, 21 de octubre 2014, 12:08

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¿Por qué motivo frenó en el carril de aceleración el chófer del primero de los dos autobuses que colisionaron por alcance en la noche del pasado sábado en Torquemada, en un trágico accidente que se saldó con tres personas fallecidas, cinco heridos graves y 31 leves? Eso es lo que investiga la Guardia Civil, que descarta en todo caso que la causa de que el vehículo se detuviera en la incorporación a la A-62 fuese porque hubiera tráfico en la autovía en ese momento y no tuviera espacio para acceder a la vía. ¿Una distracción que le hiciera perder el control y tratar de recuperarlo pisando bruscamente el freno? Pues parece que tampoco. ¿Qué, entonces? Está por averiguar, pero la tesis que gana fuerza es que hubiera una presunta imprudencia temeraria en ese frenazo del primer vehículo, no que el conductor del segundo autobús se despistara y se echara encima del primero.

En ambos vehículos siniestrados viajaban ciudadanos portugueses, la mayoría inmigrantes que volvían a sus lugares de trabajo en Francia. Un total de 55 pasajeros (41 en un autobús y 14 en otro, además de dos chóferes en cada uno).

La Guardia Civil de Tráfico tomó declaración a los dos conductores, además de practicarles la prueba de alcoholemia, en la que ambos dieron resultado negativo. No se produjo ninguna detención y los dos chóferes pudieron continuar su viaje con el resto de los viajeros, una vez que fueron atendidos por los sanitarios.

En el accidente resultó muerto uno de los conductores auxiliares, que en ese momento viajaba como copiloto del segundo vehículo. Se trata de Manuel Silva, de 34 años, natural de Braga, que iba a casarse con la hija de otro de los chóferes, que también resultó herido. Otro de los fallecidos es Antonio Sousa Da Costa, de 66 años, procedente de Amarante, que se dirigía a Francia para una consulta médica, puesto que había residido en el país galo durante muchos años. El tercer muerto es Antonio Pires, de 64 años, natural de Boticas. Los cuerpos de los tres fallecidos seguían ayer en el Tanatorio de Palencia, a la espera de ser repatriados.

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