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El delantero del Deportivo Palencia Alejandro Conde trata de llevarse un balón perseguido por el defensa Álvaro del conjunto leonés.
La inercia del candidato

La inercia del candidato

El Deportivo se sitúa segundo tras sumar su quinta victoria consecutiva a costa de un La Bañeza incómodo en un partido soporífero y sin juego en el que tuvo que sufrir para ganar

Ricardo Sánchez Rico

Domingo, 5 de octubre 2014, 20:32

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El Deportivo Palencia ha montado ya su chasis de este año en Tercera. Es verdad que alguna tuerca anda suelta, y que el embrague está aún un poco duro, pero el vehículo tiene pinta de fiable, con adherencia en la competición, salvo aquel tirón inicial de la Segoviana. Es lo que tiene una fábrica con veteranos, que quizá se escaquean algunos minutillos en el bocadillo o que se fuman un cigarro a escondidas en el baño, pero que son manitas en su oficio y sacan el corte adelante cuando pintan bastos. El relevo generacional en las empresas no puede ser tan agresivo. Harán falta jóvenes con talento y menor coste, pero también expertos con quinquenios a cuestas que conocen al dedillo su profesión. El Deportivo Palencia ha hecho de su masa salarial mezcla y mitad, y la fábrica funciona, con cinco victorias consecutivas, la de este domingo ante La Bañeza en un partido sin más ni mejor historia que el resultado.

No salió bien al campo el Deportivo Palencia, como si le tocara trabajar en un día de fiesta, perezoso para levantarse por no poder enroscarse en las sábanas hasta la hora del vermú. Más currante parecía La Bañeza, bien plantada en el campo, ocupando mucho terreno y animosa en ataque, aunque sin excesivo peligro. Si se echaba en falta un sindicalista para agitar, ese era Xavi Moré, que se lesionó el pasado miércoles en Burgos y que tendrá que ser operado de rotura de menisco. Sus compañeros le animaron con una pancarta antes del partido en la que podía leerse '¡Ánimo Xavi!', deseándole una pronta recuperación.

Sin Xavi Moré, sin sus cabalgadas por la banda ni su calidad en el pase o el centro, el Deportivo Palencia no llegaba a la portería contraria. En media hora de juego, un tibio cabezazo de Héctor a saque de falta fue todo el bagaje ofensivo de los de Juanjo Rodríguez, que cubrieron la ausencia de Xavi Moré con la entrada de Serrano. El capitán aportará otras cosas, pero desequilibrio por la banda, no. Y el medio del campo del Deportivo, léase Pelayo, Durántez y Cabezudo, no creaba juego, con lo que Diego Torres andaba desesperado, sin tartera de goles para el almuerzo. El Deportivo, que dormía al público, parecía fiar a una genialidad de Conde la delantera en el marcador, mientras que La Bañeza, sin sobresaltos, controlaba el partido. De ser un equipo más ambicioso en ataque, hubiera conseguido más en el primer tiempo. Y lo que se llevó al final La Bañeza al descanso fue un gol en contra, no merecido a decir verdad.

Sin mucho ahínco, el Deportivo creó peligro en los tres minutos finales. Primero en el minuto 43, en una jugada en la que Serrano, tras el saque de un córner que se tragó el meta Pablo, disparó a puerta en el área y pareció penalti por mano de Fran, y en la siguiente jugada, de nuevo en el lanzamiento de esquina, en otra cantada del portero visitante, Durántez remató a gol de cabeza. Más con menos era imposible para el Deportivo, que llegaba al descanso con la tranquilidad de haber conseguido lo más difícil.

Decía al descanso Pepe Calvo, exentrenador del Club de Fútbol Palencia y actual secretario técnico de la Cultural Leonesa que este domingo se acercó a Palencia para ver a algunos de sus exjugadores, que La Bañeza era un equipo incómodo, rocoso, más áspero que un níspero, y el Deportivo Palencia se afanó en la reanudación en pelarle cual fruta. Serrano, en el minuto 50, estrelló el balón en el larguero en una falta directa, pero se resistían los leoneses. No estaba afilado el cuchillo del Deportivo, más bien romo, y La Bañeza seguía viva, estirándose cada vez más en ataque. Pero los leoneses tenían mucho, demasiado respeto al Deportivo, y recurrían más a la dureza que al criterio. Así fueron pasando los minutos, entre el tedio y el sopor, sin ocasiones en ninguna de las dos áreas, solo el enfado del público con el árbitro cuando, en un avance de Charly que suponía un dos contra uno del Deportivo, paró la acción para amonestar a Rober en vez de aplicar la ley de la ventaja.

No cerraba el encuentro el equipo de Juanjo, y los últimos minutos fueron de incertidumbre. Se echó en falta al sindicalista Xavi Moré, la verdad, pero al final se cumplió con el trabajo en la fábrica. La cadena funciona, falta más productividad.

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