La carrera de cintas de Prádanos

La iglesia parroquial de Prádanos de Ojeda, un excelente edificio gótico, está dedicada a San Cristóbal. El santo que da nombre al templo parroquial también es el santo patrón, a cuya devoción responden las fiestas que se abren mañana en el municipio. Y son fiestas que empezaron a gestarse entre marzo y abril y que comparten el sello de todos los vecinos. Porque, aunque el peso de la organización corresponde al Ayuntamiento como corrobora su concejal Francisco Javier Zurita, todos los vecinos colaboran.

Este año, al coincidir San Cristóbal en jueves, puede que la procesión registre menos afluencia que cuando se celebra en fin de semana, pero lo que está claro es que todos los vehículos saldrán a la calle. Yes que San Cristóbal hace que los vecinos engalanen coches, camiones, tractores, motos y hasta bicicletas. La procesión y bendición de los vehículos engalanados marcará el inicio de la fiesta, tras un chupinazo tempranero a las ocho de la mañana.

Otro de los actos obligados en el cartel festivo de Prádanos es la carrera de cintas, para la que los chavales de más de 16 años ya han recaudado el trofeo. Y es que los jóvenes de esa edad en la carrera compiten dos categorías, de 5 a 10 años, y de 10 a 16 han pasado en los últimos días por las casas y los bares el Círculo Católico y la casa rural El Val para buscar patrocinios (hasta 280 euros para premios). Así, los nombres de los colaboradores aparecerán en las cintas con las que se disputará la carrera. Los participantes van en bicicleta y con un lápiz que deben encajar levantando el brazo hacia arriba en la anilla que cuelga de la cinta colocada en una tabla. Se trata de un juego popular que los mayores del pueblo recuerdan también de su niñez y que no puede faltar en las fiestas, igual que el campeonato de tuta del sábado, que se juega con un palo.

Además, los jóvenes de 20 a 25 años montan una barra de bar en la plaza, cuya recaudación destinan a las fiestas del veraneante del mes de agosto. Yes que Prádanos de Ojeda entiende mucho de veraneantes. Un dato es que los habitantes del pueblo no alcanzan los doscientos durante el año y en los meses estivales rozan el millar, según asegura el concejal Francisco Javier Zurita.