Borrar
Jordi Pujol.
«Si siegas una rama caen las demás»

«Si siegas una rama caen las demás»

Tras cuatro años de investigación a los Pujol, por primera vez se divisa el juicio oral tras la prisión al hijo mayor

Mateo Balín

Lunes, 1 de mayo 2017, 12:34

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La deriva del 'caso Pujol', la investigación en la Audiencia Nacional sobre el origen del patrimonio familiar, no se puede explicar sin echar la vista atrás. Muy atrás. Treinta años nada menos. Cuando el pleno de la Audiencia Provincial de Barcelona resolvió por mayoría no procesar al que fuera vicepresidente de Banca Catalana Jordi Pujol. El entonces presidente de la Generalitat fue denunciado por la Fiscalía por delitos de falsedad documental, apropiación indebida y maquinación de precios junto a 16 consejeros de la extinta entidad, intervenida por el Banco de España.

Era 22 de noviembre de 1986. Fueron seis horas de reunión de los 41 magistrados del citado órgano, quienes por 33 votos contra ocho decidieron archivar el procesamiento de Pujol. Los jueces apenas entraron en el fondo del debate pese a los argumentos de los discrepantes, entre ellos la hoy diputada socialista Margarita Robles, magistrada del Supremo en excedencia. La decisión estaba tomada de antemano.

«Los miembros del consejo de Banca Catalana, todos o la inmensa mayoría, salieron beneficiados porque antes de que se produjera la quiebra salvaguardaron sus intereses en perjuicio de los miles de accionistas que salieron perjudicados y que no atrevieron a reclamar, ya que Banca Catalana se presentaba como un instrumento de la causa catalana».

El que hizo esta reflexión en diferentes medios es Carlos Jiménez Villarejo, uno de los fiscales que defendió la querella contra Pujol. «Se creó un clima de impunidad que le fue perfecto para seguir operando de forma arbitraria y fuera del peligro de cualquier persecución judicial», añadió el exjefe de Anticorrupción y exdirigente de Podemos.

Para contextualizar las consecuencias del 'caso Banca Catalana' hay que recordar las amenazantes palabras que dijo Pujol en el Parlament en septiembre de 2014. «Si vas segando las rama de un árbol al final caerá el árbol entero. Si todo fuera tan corrupto, caerían todos y sería responsabilidad de todos». Esta declaración tuvo lugar dos meses después de que el expresidente, presionado por las diligencias abiertas a su hijo Jordi Pujol Ferrusola, en prisión incondicional desde el martes, confesara por carta que durante 30 años tuvo una herencia millonario en Andorra, no declarada al fisco, que le dejó su padre Florenci, fallecido en 1980 y fundador de Banca Catalana.

El cuadro pintado por Jiménez Villarejo tiene bastantes coincidencias con el desarrollo del 'caso Pujol', aunque el encarcelamiento del primogénito ha dejado caer la primera «rama». De momento, la causa cumple cinco años y ha pasado por varios juzgados hasta reagruparse en el que dirige José de la Mata, que investiga a los nueve miembros de la familia por delitos de blanqueo, fraude fiscal, falsedad documental y apunta también indicios de pertenencia a organización criminal.

«Soy el que paga la fiesta»

La tesis de los investigadores es que no han presentado ni un documento que acredite los más de 500 millones de pesetas que los siete hermanos llegaron a ocultar en Andorra y que procedían, originariamente, de los 140 millones pesetas entregados por el abuelo Florenci, procedentes supuestamente de la compra de dólares en Marruecos. Por lo tanto, se sospecha que no hubo tal herencia y que las cuentas se nutrieron con el ingreso en efectivo o por transferencia de comisiones ilegales gracias a la influencia del expresidente de la Generalitat durante 23 años (1980-2003).

Al frente de las operaciones estaría Jordi Pujol hijo, el fabricante de interfonos en 'La escopeta nacional' que «acaba pagando la fiesta», según le dijo al juez el martes. Su madre Marta Ferrusola controlaría el patrimonio en el Principado a través de varias cuentas y las ganancias obtenidas fueron repartidas entre los hermanos gracias a «negocios» de diversa índole sin justificar.

En todo caso, una cosa son los indicios, las sospechas, y otro las pruebas que puedan reunir la Fiscalía. De momento, ningún empresario ha confirmado el pago de comisiones directas a algún miembro de la familia, pese a que en otras causas como el 'caso Palau' ya ha habido reconocimientos de acusados de que la 'caja B' de Convergència se llevaba entre el 3 y el 4% de las adjudicatarias de obra pública. Revelaciones que vendrían a corroborar lo que le dijo el expresidente Maragall a Mas en el Parlament en 2005: «Ustedes tienen un problema llamado 3%».

Pese al riesgo de anulación del caso que ha supuesto las actividades «irregulares» de la Policía -el juez dedujo testimonio al comisario Eugenio Pino por el 'pendrive' contaminado aportado a la causa-, De la Mata evitó males mayores. Todo con el objetivo de sentar a los Pujol, o a parte de ellos, en el banquillo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios