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Pedro Sánchez.
El PSOE fue el partido que más se endeudó el 26-J a pesar de su sangría electoral

El PSOE fue el partido que más se endeudó el 26-J a pesar de su sangría electoral

Los socialistas al igual que los populares no gastaron ni un euro propio para financiar la última campaña

Ramón Gorriarán

Miércoles, 12 de abril 2017, 11:41

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El PSOE fue el partido que más acudió a la ventanilla de los créditos bancarios para financiar su campaña en las últimas elecciones generales. Contrató préstamos hasta por 8,6 millones de euros, según recoge el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas para esos comicios. El más que previsible descalabro electoral no hizo que los socialistas optaran por la prudencia ni los bancos por la resistencia y fueron los más endeudados, por delante de los populares, habituales líderes en esta clasificación.

La situación financiera del PSOE es delicada y lo reconocen sus dirigentes tras los reveses electorales de 2011, 2015 y 2016. Esos malos resultados tuvieron su correspondencia en la caída de las subvenciones públicas, lo que da como resultado un cuadro muy preocupante para una formación que fía el grueso de su financiación a las arcas del estado. El 75% de los recursos económicos de los socialistas procede de los fondos públicos y el 25%, de las aportaciones privadas, según detalló el gerente del partido, Gregorio Martínez, en el Congreso.

A pesar de este cuadro, el PSOE liderado por Pedro Sánchez engordó la mochila de créditos con 8,6 millones para costear la campaña de las elecciones del 26 de junio, de los que 361.000 euros corresponden a su aliado de Nueva Canarias y 795.000 al hermano PSC. Una suma que irá a parar al abultado pasivo del partido. A 31 de diciembre de 2016, el PSOE tenía deudas a largo plazo con la banca por 23,5 millones y a corto por 16,2 millones. En total, casi 40 millones de euros, de acuerdo a los datos a lo que ha tenido acceso este periódico.

El segundo mejor cliente de los bancos en las elecciones de junio fue el PP, que obtuvo créditos, según la contabilidad entregada al tribunal, por 6,7 millones de euros. Los populares hicieron un apreciable gesto de austeridad respecto a las elecciones del 20 de diciembre de 2015, cuando contrataron préstamos por 10,7 millones de euros, cuatro millones más. La perspectiva de no tener buenos resultados en las urnas influyó, a diferencia de los socialistas, en esta prudencia crediticia.

Ciudadanos, pese a su menor tamaño, se codeó con los dos grandes y contrató créditos para el 26-J por 5,5 millones. Una suma elevada para las magnitudes del partido de Albert Rivera, pero con todo más reducida que la del 20-D, cuando pidió 7,6 millones para costear su primera campaña de ámbito nacional. Los nacionalistas del PDeCAT y Esquerra también pasaron por ventanilla para contratar préstamos que bordearon el millón de euros.

Las huchas

El informe del Tribunal de Cuentas confirma que, pese a las dificultades que suelen surgir para cobrar después, los bancos siguen como la principal fuente de financiación electoral. Más de la mitad, el 50,8%, del dinero que presupuestaron los partidos para el 26-J procedía de créditos. Aunque se percibe una tendencia a la baja porque en la campaña para el 20-D el 58,7% de los presupuestos electorales provenía de préstamos.

Se quedan fuera de este modelo de financiación Podemos con sus confluencias y los nacionalistas vascos, tanto el PNV como Bildu, que no necesitaron acudir a la banca para financiar sus campañas. Tiraron de sus propios recursos aunque con sistemas distintos. El partido de Pablo Iglesias obtuvo la parte del león de su bolsa para el 26-J de la colecta o crowdfunding entre simpatizantes y reunió 4,1 millones de euros. El PNV y Bildu sacaron 680.000 y 489.000 euros de sus huchas, un poco menos de lo que utilizaron en los comicios del 20-D.

Los grandes partidos, por el contrario, fueron muy remisos para meterse la mano en su bolsillo. PP y PSOE no pusieron ni un euro de sus recursos propios para la campaña de las últimas elecciones, la pagaron con los créditos citados y los adelantos de las subvenciones electorales que proporciona Hacienda. Ciudadanos tampoco es que fuera muy generoso y se limitó a gastar 712.000 euros de sus cuentas .

Tampoco se tiene noticia de las aportaciones o donaciones privadas a los partidos, otrora las grandes fuentes de financiación en el PP y las fuerzas nacionalistas. Ningún partido detalla en la contabilidad enviada al Tribunal de Cuentas que recibiera dinero de personas físicas o jurídicas para la campaña, salvo Ciudadanos que tiene un apunte de casi 9.000 euros. El crowdfunding de Podemos no se contabiliza como aportación privada sino como recursos propios.

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