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Absuelven al hombre que envió por error el anagrama de ETA a una víctima

Antxon Guinea estaba acusado por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo por mandar el símbolo a la hermana de Ignacio Uría, asesinado en 2008

efe

Jueves, 22 de diciembre 2016, 16:19

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La Audiencia Nacional ha absuelto a Antxon Guinea de un delito de humillación a las víctimas del terrorismo por el envío de un mensaje "por error" con el anagrama de ETA a la hermana del empresario Ignacio Uría, asesinado por la organización terrorista en diciembre de 2008 en Azpeitia (Gipuzkoa).

En la sentencia, los magistrados de la Sección Segunda consideran "plausible" la versión ofrecida por el acusado, que admitió que envió el mensaje al móvil de la mujer, el 24 de mayo de 2014, pero fue por error, ya que quería enviárselo a un amigo suyo cuyo teléfono coincidía con el de aquella salvo en la última cifra.

Dicho mensaje contenía una fotografía con el anagrama de ETA, es decir, un hacha y una serpiente enrollada en su mango. La Fiscalía pedía dos años de prisión por un delito de humillación a las víctimas.

La Sala considera acreditado que el acusado, condenado en 1999 a 7 años de cárcel por pertenencia a organización terrorista, tenía grabado el móvil de su amigo con un error en el último número, de ahí que pudo haber enviado la foto equivocadamente a la hermana del empresario asesinado por ETA, quien se sintió amenazada.

Consciente o por error

"No existe duda alguna de que el acusado ha enviado al teléfono de la denunciante el mensaje ya referido", señalan los magistrados. Pero, añaden, que la cuestión es "si el mismo fue o no consciente de que así lo hacía o, por el contrario, como indica, todo se debió a un error, en tanto en cuanto había grabado el número que tenía su amigo hasta 2003, alterando por un desliz la última cifra del tal suerte y casualidad".

La Sala destaca que existe una duda "más que razonable" sobre la verdadera intención del envío del mensaje, de ahí que no se le pueda condenar por el delito de humillación a las víctimas del terrorismo, al desconocer a la persona a la que realmente enviaba el mensaje.

"Por el contrario, ha quedado acreditado que él realmente a quien lo creía enviado era a su amigo", agrega la resolución.

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