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Antonio Salinas.
El fiscal jefe Anticorrupción deja el cargo en octubre por «cansancio» tras 14 años en el cargo

El fiscal jefe Anticorrupción deja el cargo en octubre por «cansancio» tras 14 años en el cargo

La marcha de Antonio Salinas se produce cuando le quedaban aún dos años y tras "haber sobrevivido" a tres gobiernos y cuatro fiscales generales

Mateo Balín

Miércoles, 7 de septiembre 2016, 10:29

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El fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Antonio Salinas, ha tomado la decisión de abandonar el cargo tras permanecer cerca de 14 años al frente del departamento más importante en la lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada. Nacido en Tudela (Navarra) en 1946, Salinas se va por "cansancio" pese a que le quedaban dos años por cumplir, según confirmaron fuentes judiciales. Concluye así su dilatada carrera profesional en esta fiscalía especial, a donde llegó en sustitución de Carlos Jiménez Villarejo.

La salida de Salinas tendrá lugar el próximo octubre y coincidirá en el tiempo con el comienzo en la Audiencia Nacional del juicio de la pieza principal del caso Gürtel. Esta coincidencia no es un tema menor, ya que el fiscal jefe dejará el cargo con los deberes hechos en una causa que le ha acompañado la mitad de sus 14 años de mandato, provocándole quebraderos de cabeza porque ha acabado salpicando de lleno al partido en el Gobierno, el PP.

Nombrado en enero de 2003 por el Ejecutivo de José María Aznar, a propuesta del entonces fiscal general Jesús Cardenal, Salinas puede presumir de muchas cosas -por ejemplo de haber convertido la Fiscalía Anticorrupción en una de las piedras angulares del Ministerio Fiscal o de haber visibilizado esta lacra con múltiples operaciones en todos los frentes políticos, económicos o sociales-, pero lo más llamativo es que ningún alto cargo del Estado ha aguantado en el puesto el paso de tres gobiernos de diferentes signo político (PP-PSOE-PP) o de cuatro fiscales generales.

Solo un "superviviente" como Salinas, cuya valía profesional está fuera de dudas para sus compañeros, ha podido aguantar semejante panorama. Y más en un departamento caliente como pocos, que se ha usado como arma arrojadiza por parte de los distintos partidos políticos, alimentando un fenómeno nefasto para la credibilidad del Poder Judicial: la llamada politización de la justicia.

El plus de esta fiscalía es que se encarga de coordinar todas las investigaciones de casos de corrupción o contra la delincuencia organizada que llevan a cabo sus fiscales delegados en toda España, desde los casos Gürtel, Bárcenas o Pujol en Madrid a los ERE fraudulentos o cursos de formación en Andalucía, pasando por Nóos en Palma, Pokemon en Galicia o Palau en Barcelona.

Belén Suárez, sustituta

El sitio de Salinas lo ocupará de forma interina la teniente fiscal en Anticorrupción Belén Suárez hasta que el Consejo Fiscal -máximo órgano de representación- proponga al Consejo de Ministros el nombre del sustituto. Sin embargo, dada la situación de funcionalidad del Gobierno y la necesidad de que la fiscal general Consuelo Madrigal sea ratificada por el nuevo Ejecutivo, el nuevo jefe de Anticorrupción no se conocerá hasta que se normalice la situación, pese a que ya han empezado a surgir algunos nombres como los fiscales del Supremo Manuel Dolz o Manuel Moix, que optaron a la plaza de Salinas a finales de 2013.

Precisamente, la corrupción estuvo muy presente en el solemne acto de apertura del año judicial presidido ayer por el rey Felipe VI. Carlos Lesmes, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, afirmó en su discurso que "es un fenómeno preocupante que corroe algunas de nuestras instituciones, con el consiguiente desánimo social", pero que ha encontrado en la justicia española "la más contundente y eficaz respuesta, desde la rabiosa independencia de todos nuestros jueces () que no admiten injerencias ni presiones". No obstante, Lesmes recordó que "ante este fenómeno, la acción de la justicia tiene que ir paralela a la definición de unas estrategias de buen gobierno, de prevención y, sobre todo, de regeneración de la gestión pública".

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