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Di Stéfano (i) y Eusebio (d), en la presentación de Cristiano Ronaldo en el Bernabéu.
2014, el año en el que el cielo montó su propio Mundial
FÚTBOL

2014, el año en el que el cielo montó su propio Mundial

Alfredo di Stefano fallece meses después de otras leyendas como Eusebio, Luis Aragonés o Coluna

Rodrigo Errasti Mendiguren

Lunes, 7 de julio 2014, 20:56

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La muerte de Alfredo di Stéfano a los 88 años en Madrid completa un 2014 que está siendo aciago para el mundo del fútbol. En lo que llevamos de año son varios las leyendas del balompié que han fallecido. El primero fue Eusebio da Silva Ferreira, la 'pantera negra' y una de las mayores estrellas del fútbol portugués de todos los tiempos, que el 5 de enero murió a los 71 años víctima de una parada cardiorrespiratoria. Aquel día, entre los más afectados por la muerte del portugués se encontraba Alfredo Di Stéfano, que entabló una amistad con el portugués tras la final de la Copa de Europa de 1962, donde el Benfica se impuso al Real Madrid en Amsterdam (5-3), con dos goles del Eusebio que deshacían el empate. «Me vino a pedir la camiseta después del partido y se la di con mucho gusto. Nunca imaginaría que en ese momento comenzaría una gran amistad. Era un interior goleador y jugaba al fútbol de maravilla. Hemos sido adversarios y compañeros en el fútbol. Era un gran muchacho e hicimos una gran amistad en el transcurso de nuestro historial futbolístico.», recordó Di Stéfano sobre el icono del Benfica, con el que ganó once ligas en las quince temporadas en las que estuvo en el conjunto luso, cinco copas y dos Copas de Europa (1960-1961 y 1961-1962).

La camiseta de la discordia

Por aquella camiseta también pugnó Mário Esteves Coluna, otra leyenda del exitoso Benfica que junto a Eusebio venció esas dos Champions y diez de las once Ligas portuguesas, que falleció en Maputo, la capital de su Mozambique natal a los 78 años a finales de febrero. «Yo quería su camiseta, se lo dije a Coluna y él también lo había pensado. En cuanto escuché el pitido final salí corriendo a por ella con la mía en la mano», recordaba Eusebio con cariño. Ambos estuvieron junto en la presentación del portugués Cristiano Ronaldo como jugador del Real Madrid, el 6 de julio de 2009, en el estadio Santiago Bernabéu. «Hemos estado comiendo juntos no hace mucho tanto en Madrid como en Lisboa. Era una excelente persona y como jugador de fútbol era un gran compañero y amigo. Era un buen muchacho y a mí me ha demostrado que era un muy buen amigo. Ha sido un ejemplo de persona. Juntos hicimos de una profesión una diversión. Era muy buena gente y joven aún», explicaba entonces 'La Saeta Rubia'.

Otro que vivió el fútbol como una profesión y un modo de vida fue Luis Aragonés, que falleció menos de un mes después que Eusebio y días antes de Mario Coluna. El 2 de febrero, tras meses luchando casi en secreto contra la enfermedad y sin que su familia no se imaginara un desenlace tan rápido, arrancó con la noticia de la muerte de una de las figuras más emblemáticas en la historia del fútbol español. Aragonés fue un extraordinario futbolista que se transformó en 'Sabio de Hortaleza' cuando dejó el césped para pasar a los banquillos. Como entrenador Luis supo transformar el estilo de España, instauró el tiquitaca y acabó con todos los complejos de 'La Roja' hasta conducirla al cielo de Viena en esa final de la Eurocopa 2008. La mítica frase de Di Stéfano sobre la selección, «siempre nos falta diez céntimos para completar la moneda, jugamos como nunca y perdemos como siempre», quedó aparcada.

A Luis le costó triunfar como seleccionador, cargo al que llegó en 2004 y que ostentaba cuando acudió a visitar a Alfredo Di Stéfano al Hospital de La Fe de Valencia cuando el Presidente de Honor del Real Madrid sufrió un infarto agudo de miocardio y fue sometido a una intervención quirúrgica. «¿Vos, con quién has empatado?». Esa frase que Di Stéfano soltaba con ironía bonaerense para echar el freno a los más osados también era usada por Luis Aragonés, que no dudó en afrontar la Eurocopa tras el fracaso del Mundial 2006 de Alemania, cuando cayó en octavos de final del Mundial ante Francia en Hannover, sin Raúl González. Le cayeron todo tipo de críticas pero no llegaron por parte de Di Stéfano. «A Raúl hay que dejarlo tranquilo para que marque goles con nosotros y ganemos lo partidos, eso es lo que queremos», decía con su táctica de lanzar piropos al madridista pero también a David Villa, que heredó el '7' en la selección. «Felicidades a todos y muchas gracias por los éxitos y la felicidad que nos han traído», dijo un Di Stefano tras la primera estrella de una España con la que no pudo disputar ningún torneo.

Parecía que Chile 1962 iba a ser por fin el primer Mundial para Di Stéfano pero una lesión en el antepenúltimo partido de preparación de España le impidió jugar aunque se inscribió en el torneo. Por tanto, se quedó con las ganas de haber podido participar en la Eurocopa de 1964 ganada por España. Castizo puro del barrio de Hortaleza, bromista en el cara a cara, socarrón y maestro en el arte de contar anécdotas como Di Stéfano, que vio como un Atlético liderado por Luis le quitaba la final de Copa en 1972 cuando era técnico del Valencia.

El prematuro adiós de Tito

Meses después, el 25 de abril de 2014, falleció Tito Vilanova a los 45 años víctima del cáncer en la glándula parótida que sufría desde hace más de dos años ya que fue operado por primera vez de urgencia el 22 de noviembre de 2011 y pese a que luchó contra la enfermedad desde el banquillo y de hecho logró el título de Liga con récord de puntos sufrió una nueva recaída que le obligaba a renunciar al cargo.

Dos días después de que muriese Vilanova, falleció el serbio Vujadin Boskov en Génova. En el Real Madrid aplicó sus métodos y dejó momentos memorables con frases llamativas que pese al paso de los años nadie ha olvidado: «fútbol es fútbol»; «punto es punto»; «penalti es cuando árbitro pita»; «ganar es mejor que empatar y empatar es mejor que perder»; o «el fútbol es imprevisible porque todos partidos empiezan cero a cero». Di Stéfano se midió al serbio cuando era entrenador del Real Madrid y finalizó como técnico blanco una campaña la 81-82 que había arrancado el serbio en el banquillo madridista.

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