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Alonso se lamenta tras algunos compañeros.
El vestuario, indignado por el discurso de Xabi Alonso
MUNDIAL 2014

El vestuario, indignado por el discurso de Xabi Alonso

El madridista incendia la caseta tras acusar al grupo de tener la «cuota de hambre agotada», «haber perdido la ambición» y «no estar preparado»

Rodrigo Errasti Mendiguren

Jueves, 19 de junio 2014, 19:22

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Xabi Alonso volvió a abrir heridas cerradas en el vestuario de la selección. Después del fracaso español en Brasil, el centrocampista, autor del único gol de España en este Mundial, hizo autocrítica, aunque mantuvo un discurso alejado de lo que opinan de la situación sus compañeros, con los que mantiene una escasa relación desde los polémicos clásicos de 2011. «No hemos estado a la altura. No hemos sabido controlar las situaciones en ambos partidos. Nos duele en nuestro orgullo, pero hay que saber aceptarlo. Igual que hemos sabido ganar, hay que saber perder. Van a cambiar cosas y los ciclos se acaban con derrotas», apuntó, antes de ofrecer algunas razones, varias de ellas sorprendentes para el resto del grupo. «La cuota de hambre estaba agotada y no hemos sabido mantenerla. Hemos perdido solidez, empaque y saber estar, lo que nos ha hecho ganar antes estos partidos. Esta vez no hemos sabido jugarlos. Probablemente, no hemos podido mantener esa hambre, ambición y convicción de ir a por el título. Las sensaciones no eran las de otros campeonatos. Mentalmente no estábamos preparados y físicamente hemos llegado justos», explicó ante los micrófonos de los medios internacionales con derechos y las radios.

Después, se paseó por la zona de prensa sin volver a parar, saludando con naturalidad. Fue uno de los primeros en abandonar el estadio y muchos de sus compañeros se mostraban sorprendidos de las declaraciones del madridista, muy desafortunado a lo largo del encuentro y especialmente en las dos acciones que preceden a los tantos chilenos. Para muchos de ellos, esas «vergonzosas» explicaciones del 14, de las que supieron leyendo las frases en las redes sociales y por aviso de amigos que las escucharon, fueron una manera de buscar una «coartada» personal para justificar su posible renuncia a la selección, no una reflexión futbolística de la caseta, que no cree que faltase ni hambre, compromiso o ambición. «Hablará por él», reconocían muchos de los internacionales en privado si bien algunos otros ya manifestaron en público su rechazo a su tesis. El primero fue Iniesta, con el que tuvo un incidente en 2011 que todavía no ha terminado de cicatrizar: «No es por falta de ambición. Ese no es nuestro problema. Teníamos ilusión en este Mundial, pero todo se torció». Misma línea seguida por Torres: «Ha sido una cuestión de todos; este equipo tenía ganas de hacer las cosas bien, aunque no han salido». Hasta por Diego Costa, el último en llegar, no dudó en contestar. «Yo no lo veo así. Aquí todos pensaban en ganar. Yo estoy aquí porque quería ganar, quería llegar a la final y hacer las cosas bien, pero no ha podido ser. Está claro que algo faltó, porque por calidad nosotros somos superiores a muchos equipos. Hay que aprender. Estamos dolidos. Podemos dar mucho más que esto», explicó el futuro jugador del Chelsea.

Justos en lo físico

El grupo sí reconoce que han llegado justos físicamente ya que varios pilares han llegado tocados por lesiones, que los rivales han sido más inteligentes jugando con defensas de cinco que España, que no han tenido la pizca de suerte que les acompañó otras ocasiones y se ha perdido rigor defensivo. Pero niegan falta de ganas de luchar y un compromiso adquirido que no ha desaparecido. Varios, piensan que si Alonso notaba que le faltaba «hambre» debería haber renunciado y que seguro que otros como Ander Iturrraspe o Bruno Soriano hubiesen estado encantados de jugar en esa posición. No se creían que, sin reflexionar como grupo antes, alguien hablara minutos después del fiasco vivido ante Chile de falta de ambición.

Dos discursos que van en direcciones opuestas, confirmando que Xabi ya no es uno más del grupo. «La relación ahora mismo de Xabi Alonso es perfecta con todos. No sé si ha cedido fulano o mengano, no me interesa», confesaba Vicente del Bosque en una entrevista a este medio durante la concentración en Washington. Es conocido que desde aquel maratón de clásicos la relación del guipuzcoano con la caseta no pasa por su mejor momento, y en este torneo con la ausencia de su amigo Álvaro Arbeloa, apenas ha tenido gente con la que relacionarse (sus excompañeros Reina, Albiol y Torres han sido su mejor apoyo), aunque el seleccionador confesó en esa misma cita que todo estaba olvidado. «Habrá habido a lo largo del año ciertos roces Madrid-Barcelona y alguna cosilla con el Atlético de Madrid. Puedo dar fe que ahora mismo el ambiente es muy bueno y eso es fundamental. A lo largo de los días que estemos concentrados mientras lleguemos puede haber alguna cosa. En estas concentraciones siempre puede ocurrir algo, tantos días y tantos roces, puede ser. Como en todas las familias, ocurre. Pero que no trascienda al juego», reiteró, quizá pensando en algo que le serenó hace meses al salmantino al regreso del amistoso en Sudáfrica: «Me quedé tranquilo cuando vi que Xavi se la pasaba a Xabi», fue su manera de recordar una frase, en El Confidencial, que sorprendió por su sinceridad.

Relación con los técnicos

En la convivencia sí se ha notado, a diferencia de lo que el propio jugador explicaba sobre la situación que vive en el Real Madrid. «En el vestuario no hay tanto espectáculo como parece. Hay clanes, pero suele haber una buena relación entre todos. Se gestionan bien los egos», explicó tras levantar la décima madridista tras reconocer que «en la última etapa de Mourinho fue diferente, hubo problemas, conflictos individuales que repercutieron en el fútbol del conjunto y que tuvieron un efecto negativo en el colectivo». Las reflexiones en Maracaná del 14 también han caído mal en el cuerpo técnico, al que Torres y Casillas defendieron. «No es el momento de señalar ni de determinar culpables», sentenció el capitán que no quiso hablar de si serían sus últimos partidos en una Copa del Mundo: «El míster tomará decisiones y veremos qué sucede. No sé si será mi último partido. Hay jugadores mayores de 30 años y habrá que esperar, pero no sé si será mi último partido».

Todo ello sucedió el día que Xabi Alonso, a quien resulta tan injusto señalar como culpable, fue protagonista de las dos acciones de los goles chilenos y fue sustituido por Koke al descanso. Ante Holanda, muchos notaron su ausencia con un partido tan loco sin control, pero frente a Chile se confirmó que su baja no fue decisiva. Tras apenas unos minutos en la caseta, en la que se quedó en el descanso, la dejó para realizar su discurso en el que también pone en tela de juicio la preparación diseñada por el cuerpo técnico. Aunque a su círculo más cercano deslizó antes del inicio del Mundial que deseaba seguir mientras el cuerpo le aguantase, parece que Xabi Alonso salió a ayudar, como otras tantas veces, pero midió mal por última vez con La Roja.

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