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El acusado entre an la Audiencia Provincial de León.
Los policías que redujeron al asesino sabían que era «una persona extremadamente peligrosa que podía ir armada»

Los policías que redujeron al asesino sabían que era «una persona extremadamente peligrosa que podía ir armada»

La voz de alerta de la posición geográfica de Miguel Ángel Muñoz se recibió gracias a una gestión bancaria del acusado, en la propia localidad de Grandas de Salime, cuando ya perseguían su pista

rubén fariñas

Martes, 21 de marzo 2017, 12:31

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El cerco sobre el acusado por el crimen de Denise Pikka se estrechó gracias a una gestión bancaria. Miguel Ángel Muñoz acudió a la caja de ahorros de Grandas de Salime y esa fue la primera pista que delató la situación geográfica del asesino confeso de la peregrina.

El sistema informático alertó de que esta persona, de la cual la policía ya seguía la pista, rondaba esta localidad asturiana y ahí acudieron diferentes efectivos evitando las vías de escape del acusado.

«Estábamos alertados de que era una persona extremadamente peligrosa y que podía ir armado», han asegurado los policías encargados del arresto de Miguel Ángel Muñoz que han prestado declaración durante la sesión de la vista oral de este lunes celebrada en la Audiencia Provincial de León.

Los agentes acudieron a un bar en el que se encontraba el presunto asesino. Se encontraba en la terraza acompañado por siete personas más. Antes, habían acudido al albergue en el que se había hospedado y donde había dejado su mochila.

El sospechoso estuvo completamente aislado

Utilizaron efectos disuasorios e intimidadores. «Le enseñamos la placa y la pistola al grito de alto policía, mientras el otro compañero procedía a reducirle», han explicado durante la sesión. «Le ordenamos que sacara el DNI para comprobar que era la persona a la que buscábamos».

Una vez culminada la detención, los policías nacionales desplazaron al edificio del ayuntamiento de Grandas de Salima al sospechoso y le dejaron complemente aislado. «Di órdenes de que nadie hablase con él y de que él no pudiera comunicarse con nadie aunque lo pidiera», ha asegurado el jefe de la comisaría de Mieres, encargado de llevar a cabo el dispositivo.

Así se han narrado los hechos que tuvieron lugar el pasado 11 de septiembre de 2015 a las 15:30 horas y que acabaron con la escapatoria del asesino confeso de Denise Pikka. Los agentes fueron tratados como héroes por los vecinos, que les invitaron a un café y les aplaudieron en el bar del pueblo al que acudieron una vez finalizadas las diligencias.

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