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La nieta de Piva se enfrenta a cuatro años y nueve meses de prisión por el asalto a la finca de su abuela

La nieta de Piva se enfrenta a cuatro años y nueve meses de prisión por el asalto a la finca de su abuela

El Juzgado de lo Penal nº1 juzgará desde este lunes a la Vanesa Vázquez, su marido, el exgerente de la televisión balear, y otros tres acusados por robar a punta de pistola la finca de ‘El Polvorín’ en León capital

a. cubillas

Jueves, 16 de febrero 2017, 10:10

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El mediático asalto de Vanesa Vázquez (Piva) a su abuela llega a los juzgados. La única hija del fallecido empresario Antonio Vázquez Cardeñosa se sentará en el banquillo de los acusados los días 20,21 y 22 de febrero para ser juzgada el robo con violencia cometido a la finca familiar El Polvorín en el verano de 2013 por el que se enfrenta a cuatro años y nueve meses de cárcel.

Junto a ella también se sentará su marido, Francisco de Borja Rupérez Muñoz, exgerente de la televisión balear y cargo de confianza del PP, así como otros tres acusados que participaron en el robo de la abuela millonaria de su mujer a la que maniataron y amenazaron de muerte a punta de pistola. Todos ellos se enfrentan a una petición de pena de seis años y tres meses de prisión.

Vanesa, que mantiene un enfrentamiento con su madre y su abuela por la herencia tras el fallecimiento en apenas un año de diferencia de su abuelo y padre, ideó junto a su marido, el empresario mallorquín un plan para sustraer el dinero joyas que su abuela tenía en cajas fuertes en su domicilio, la finca El Polvorín, en la carretera de Carbajal de la Legua. El motivo no era otro que su mala situación económica.

Toma de fotografías

Según el escrito de la Fiscalía, durante los meses de febrero o marzo de 2013 y a petición de Vanesa se realizó en el domicilio de su abuela un inventario de las herencias de su padre y abuelo, donde intervino además otro nieto que carecía también de relación familiar con su abuela así como los abogados de ambos nietos y de Basilisa.

En ese momento, la acusada pidió que se abrieran las cajas fuertes que había en la casa, realizando de todas ellas fotografías y vídeos que después puso a disposición de su marido, que a pesar de haberse trasladado a León no acudió al domicilio de la abuela.

El objetivo no era otro, según el escrito de la Fiscalía, que se los facilitará a unas terceras personas para realizar el robo. De esta forma, Francisco de Borja se puso en contacto en Madrid con un tercer acusado al que planteó su plan para robar el domicilio de la abuela de su mujer, aceptando a cambio de percibir parte del botín, contactando además con un cuarto y quinto acusado.

El primer intento

El marido de Vanesa les entregó todos los datos necesario de la finca, desde la situación de las cajas fuertes hasta el personal de servicio así como sus horarios. De esta forma, el 8 de julio de 2013, sobre las 12.00 horas, los cuatro varones acusados viajaron a León y se hospedaron en el Hotel Tryp de León que cuenta con habitaciones vistas hacia El Polvorín.

En la noche siguiente, sobre la una de madrugada, se desplazaron hasta la finca donde los dos asaltantes contratados por Rupérez Muñoz saltaron la valla de la finca para apoderarse del dinero siendo sorprendidos por un empleado que pasaba la noche y salió al oír ladrar a los perros de una finca colindante.

Amenazas a punta de pistola

Robo que, siguiendo el mismo modus operandi, repitieron a la noche siguiente, yendo los dos asaltantes encapuchados con sotocascos y portando una navaja y una pistola que no consta si era real o simulada. Una vez dentro, fracturaron una puerta de la cocina y accedieron a la vivienda de Basilisa, que en ese momento estaba en el salón terminando de cenar, encontrándose en el hogar una empleada del hogar que avisó a la policía.

Los dos acusados se aproximaron hacia Basilisa a la que advirtieron a punta de pistola que esto es un atraco, a lo que ella le entregó dos anillos y un monedero. Posteriormente, le ataron las manos con unas brindas a la silla.

Seguidamente le exigieron que les entregara todo el dinero y abriese las tres cajas fuertes, amenazándola con matarla si se negaba. Danos el dinero o te pegamos un tiro aquí o cuando te vemos en El Corte Inglés. Ante ello, la mujer accedió subiendo junto a sus dos captores a la primera planta donde abrió una caja que contenía no menos de 5.000 euros. Posteriormente se dirigieron hasta una segunda caja que Basilisa, pese a las amenazas de muerte, se negó a abrir porque la llave la tenía el banco.

Una vez finalizado el asalto, los dos varones salieron de la finca donde les esperaba el marido de Vanesa y el tercer acusado, poniendo todos ellos rumbo a Madrid. Unos días más tarde, el 18 de julio, los acusados volvieron a El Polvorín y seccionaron un fusible de la luz, causando daños materiales de 590 euros.

En su relato a la policía, Basilisa aseguró que los asaltantes conocían bien la casa dado que era conscientes del lugar de la alarma así como dónde se guardaban los objetivos de valor. Ello llevó a sospechar de la implicación de algún familiar.

El Ministerio Fiscal entiende que los cinco acusados son autores de un delito de robo con violencia y solicita una pena para cada uno de ellos de cuatro años y nueve meses de prisión. Asimismo impone una pena de 18 meses de prisión y una multa de dos meses a razón de diez euros diarios a los cuatro varones acusados como autores del delito de robo con fuerza en las cosa en casa habitada en grado de tentativa y delito leve de daños.

Negación de los hechos

Por su parte, la defensa de Vanesa Vázquez niega los hechos y advierte de que no consta su participación, remarcando que su participación en el inventario no la relaciona con el robo. Además recuerda que ella era de sobra conocedora de los bienes de la vivienda dado que era una residencia familiar.

La representación de su marido, niega los hechos, pide su libre absolución y advierte de que su cliente estaba en el momento de los hechos sometido a un tratamiento contra la derogación

Por su parte, el tercer acusado F.J.M., asegura que tan sólo acompañó y custodió a Francisco de Borja Rupérez en relación con una importante cantidad de dinero que debería de recibir de unos negocios con ciudadanos georgianos. Una vez en León le ofreció entrar en el domicilio de Basilisa ante la promesa que se encontraba vacío, negándose a realizar cualquier actividad ilícita.

Su letrada asegura que en el momento de los hechos y dada la difícil situación económica, su cliente empezaba a consumir diariamente cocaína y que en el momento de los hechos sufría una grave adicción. Además recuerda que su cliente ha consignado 2.500 euros para reparar el daño que se le pudiera imputar. En cualquier caso, niega los hechos y pide su libre absolución.

Por último, las defensas de los dos asaltantes reconocen los hechos, si bien, advierten de que nunca fueron armados y que no regresaron a la finca el 18 de julio. Uno de ellos además asegura que actuó bajo amenazas de Rupérez y su colaborador.

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