Una mirada al León de antaño

Asomarse al León del siglo X, ese difícil de reconocer sin la figura imponente de la Pulchra Leonina, es posible. Al menos en miniatura. El Palacio del Conde Luna alberga una maqueta del artista Juan Carlos Ponga que muestra al detalle a la ciudad más sobresaliente de la España cristina.

Una influencia que urbanísticamente no se refleja. Así lo señala el arqueólogo municipal, Victorino García, que recuerda que en aquella época León apenas alcanzaba los 5.000 habitantes frente al millón y medio de Granada, el centro de la España musulmana, donde a diferencia de la época romana el crecimiento de la ciudad no está planificado, las casas surgían al azar y muchos espacios estaban dedicados a las huertas.

Una ciudad apenas reconocible donde se puede apreciar la iglesia del Palat así como las antiguas termas convertidas en un palacio que acabarían cedidas por Ordoño II para construir la futura Catedral y con la muralla romana como único núcleo fortificado.

Allí se asentaría la iglesia y la nobleza, el exterior sería ocupado por el pueblo llano en una zona que siglos después se fortificaría con la cerca medieval. Esa que ya es visible a mediados del siglo XVI y que refleja a la perfección el artista en una segunda maqueta familiar ya para los leoneses.

El León de los palacios

Imposible no fijar la mirada en la hermosa Catedral de León junto al Tesoro y al Puerta del Obispo, construcciones coetáneas derribadas en 1900. Esa ciudad en la que empezaba a moldearse el Palacio de los Guzmanes, hoy sede de la Diputación, y se acometía la restauración renacentista del Palacio Conde Luna.

Con la iglesia de San Martín como referencia, la mirada intenta buscar sin éxito la Plaza Mayor porque no sería hasta el incendio registrado a mediados del siglo XVII cuando se derriban las casas y se configura el espacio como una gran plaza siguiendo los modelos marcados por Madrid y Salamanca.

Un León con emblemas hoy desaparecidos como el Palacio de los Villasinda, hoy en la calle Ancha, el de Enrique II Trastámara, a las orillas de la Rúa, la Casa Palacio de Cabeza de Vaca Diego de Villafañe, en la calle Cascalerías, la puerta romana de Santo Domingo o el corral de comedias y el Hospital de San Antonio Abad colindantes al Ayuntamiento de San Marcelo.

Un pasado cercano a través de estas maquetas ahora parte de la exposición permanente del Palacio Conde Luna.