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Un miembro del Greim, en el momento de acceder a la cueva.
Viaje al corazón de la tierra

Viaje al corazón de la tierra

Una veintena de miembros del Greim de León, Asturias y Cantabria realizan un entrenamiento al límite en la cueva 'Horno de La Retuerta'

J. L. B.-LEONOTICIAS

Viernes, 22 de mayo 2015, 10:04

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Los rescates que realiza el Greim de la Guardia Civil en espeleología son los más difíciles de su trabajo. Mover, por ejemplo una camilla desde 400 metros hasta la superficie puede llevar más de 40 horas y movilizar a más de 70 personas.

Se trata de rescates muy complejos, que exigen una gran coordinación e intendencia. Rescates al límite, sumamente complicados, en los que desde que se cuenta el aviso de intervención hasta la conclusión se moviliza una enorme logística.

Este jueves casi una veintena del componentes del Greim de las puestos de Asturias, Santander y León han realizado en las inmediaciones de la localidad leonesa de Carrocera una práctica de rescate de accidentados. En esta ocasión y según marca el plan de instrucción y adiestramientos del Greim el supuesto rescate se ha realizado en la cueva llamada 'Horno de La Retuerta'.

Una vez realizada a pie la aproximación a la cueva, donde se realizaría la practica, el conjunto de rescatadores formado por tres equipos de expertos guardias civiles han procedido a estudiar detalladamente la topografía de la cueva para, a continuación, distribuirse a lo largo de la misma.

40 metros de profundidad

En este caso, el supuesto consistía en el rescate de un espeleólogo accidentado a unos 40 metros de profundidad. Por un escaso hueco de mas o menos un metro de diámetro se fueron introduciendo los componentes de los distintos equipos de rescate y el supuesto accidentado.

Una vez en el interior de la cueva dos líneas de cuerdas -una para la evacuación del accidentado y otra para el trabajo de rescate- plagadas de poleas, retenedores, mosquetones y multitud de mecanismos para la seguridad en altura recorrían toda la longitud de la cueva donde se desarrollaría la práctica.

Tres comunicadores inalámbricos Nikola se han encargado de mantener a los tres equipos en contacto manteniendo en todo momento informado al oficial al cargo de la práctica.

Localizado y estabilizado en una camilla el herido se ha iniciado desde 40 metros de profundidad la evacuación del mismo. Para este tipo de evacuación en profundidad, comúnmente se utiliza el llamado contrapeso, el cual, a través de un sistema de poleas a una lado la camilla y al otro un rescatador van subiendo al herido a lo largo de la cueva.

En tres partes

Los tres equipos que forman el conjunto de rescatadores se han dividido la cueva en tres partes, mas o menos iguales en cuanto a tiempo de trabajo, para que el rescate sea lo más rápido posible ya que «lo que prima rapidez de evacuación del herido».

Ni que decir tiene que las condiciones de trabajo en este tipo de cuevas suelen ser en unas condiciones extremas de temperatura, humedad y espacio. Una vez fuera de la cueva el herido es atendido por los servicios médicos ya que habitualmente en la cueva solo se suelen realizar primeros auxilios.

Los accidentes en cuevas habitualmente no suelen ser comunes ya que según el Alferez Pablo, «los espeleólogos suelen ser gente experimentada, siempre van con clubes o asociaciones y muestran especial atención a la seguridad. Este equipo de rescate suele realizar un rescate de este tipo una vez cada dos años».

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