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Cartel que avisa de la desaparición en el último albergue en el que se la vio.
«A Denise se la ha tragado la tierra»

«A Denise se la ha tragado la tierra»

Ni en los albergues, ni en Astorga, ni los peregrinos, ni las propias fuerzas de seguridad se explican qué le ha podido ocurrir a Denise Pikka Thiem, la peregrina desaparecida desde el pasado día 5

j. calvo

Domingo, 3 de mayo 2015, 10:43

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Denise Pikka Thiem, la peregrina desaparecida desde el pasado día 5 cuando realizaba el Camino de Santiago tuvo que recorrer en al menos en un par de ocasiones la estrecha calle Portería, paralela a la de Leopoldo Panero, la misma que lleva directamente a la Plaza de la Catedral de Astorga.

Es una calle silenciosa en medio del bullicio que siempre se desprende en la capital maragata porque ahí, en el corazón de esta ciudad de 12.000 habitantes, se encuentra el albergue de San Javier, el último lugar donde la Policía tiene constancia presencial de la peregrina a la que hoy busca sin descanso.

Esta mujer norteamericana definida por su hermano como "prudente" y nada amiga de "cometer locuras" estuvo alojada en este céntrico albergue en la noche del 4 al 5 de abril. De su paso por Astorga hoy sólo quedan los carteles que anuncian su desaparición y los mensaje pidiendo a peregrinos, vecinos y visitantes que cualquier pista sobre esta mujer sea trasladada a los teléfonos de emergencias.

Precisamente ante esos carteles se detiene una gran parte de quienes se acercan a la capital de la maragatería. Sin embargo no se detecta preocupación, y mucho menos temor. "Realmente el ritmo de llegada de peregrinos no se ha alterado, la sensación es la de un caso aislado, que parece inexplicable", se advierte desde la Asociación Camino de Santiago de Astorga, muy activa en la búsqueda de la peregrina.

"Se la ha comido la tierra"

Con el paso de los días, y pronto se cumplirá un mes desde la última vez en la que se tuvieron noticias de Denise Pikka Thiem, la conclusión estremece: "Se la ha comido la tierra". Cinco palabras pronunciadas en Astorga, donde se la pudo ver por última vez, y las mismas cinco palabras repetidas en El Ganso a 13 kilómetros, la localidad a la que tenía previsto trasladarse.

En la Barraca, un bar de esta localidad, y en los dos albergues más próximos a la carretera nadie sabe nada. Denise nunca llegó a su destino. Tampoco la vieron en Santa Catalina, ni en Castrillo, ni en Murias. Por increíble que parezca nadie parece haber visto a esta mujer de rasgos indo-asiáticos, 1,60 metros de altura, de entre 50 y 53 kilos de peso y cabello largo y liso.

La falta de noticias también parece agotar a las fuerzas de seguridad, que se mantienen firmes en las labores de búsqueda, pero lamentan la falta de resultados. Este sábado uno de los participantes en las tareas de rastreo ha señalado que "la búsqueda es intensa, pero ahora acudimos a zonas concretas. Hemos mirado hasta en aldeas abandonadas en las que habitan gente que decide dejar el Camino y quedarse a vivir en ellas. Nada. Se ha rastreado 200 metros a derecha e izquierda del camino de los peregrinos. Desde Astorga hasta El Ganso inicialmente, y ahora más allá, pero sin resultados", advierte.

"Estamos perdidos todos"

Entre los voluntarios que han colaborado en el rastreo la sensación aún es más dura: "Estamos perdidos todos, también la policía. Se ha buscado mucho y bien, pero no hay ni una pista. No va a aparecer".

Hay quien asegura que "pudo perderse", que "no es el primer caso" que alguna vez se ha visto ha peregrinos totalmente despistados, incluso recuerdan el caso de un italiano que creía estar en Astorga y en realidad estaba en La Virgen del Camino ("Y mira que no será por señalizaciones", se advierte).

Nada anima a creer que el caso de Denise Pikka Thiem pueda cerrarse en breve. En realidad, todo lo contrario. Los peregrinos siguen avanzando en un trayecto sereno, en un área llena de silencio, con mensajes en las piedras, con decenas de cruces saliendo a su paso. Un camino tan extenso a norte y sur que realmente se hace difícil imaginar que la vida de Denise se haya escapado entre los matorrales.

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