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Una decisión poco adecuada

Eloy de la Pisa

Domingo, 29 de marzo 2015, 11:40

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Partamos de una base: la decisión de devolver a la naturaleza a 'Esla' es lógica y comprensible. Para la mentalidad humana, sobre todo cuando se está comprometido con el medio ambiente, es totalmente coherente devolver a la naturaleza lo que en la naturaleza te encuentras. Por eso no reprocho nada a las buenas gentes de Portilla. Fueron generosos y, ahora, han sido consecuentes. Un diez para ellos.

El único pero que le pongo a todo esto -a sabiendas de que puedo errar porque la naturaleza es imprevisible las más de las veces-, es que igual no le han hecho ningún favor a la pobre cierva. Me explico. Las fotos que acompañan en magnífico reportaje de Luis V. Huerga dejan claro que 'Esla' ya no es un animal salvaje. Se ha domesticado a toda velocidad. De lo contrario esa imagen del animal con su rescatador, en el interior de la casa, junto a la chimenea, no habría sido posible. Un animal salvaje no entra en un lugar habitado por humanos, a menos que esté acostumbrado. Muy acostumbrado. Y 'Esla', que lleva más de mes y medio rodeada de bípedos, lo está.

Así que ahora la cierva, cuando se encuentre de nuevo en el medio hostil que es la montaña, tendrá que decidir. Y, me da, su decisión será volver con esos seres que la alimentaban, la dan calor y la protegen de los lobos. ¿Si puede vivir cómodamente, para qué va a buscar un lugar menos cómodo? En su mente animal no tiene sentido. Para bien o para mal, la venado ya no es un animal salvaje. Y, por tanto, no se comportará como tal. Y para vivir en la montaña, hay que tener el instinto salvaje a pleno rendimiento.

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