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Un grupo de clientes en el Bar Cantábrico, este jueves.
El último café del Cantábrico

El último café del Cantábrico

Uno de los clásicos de la hostería de León cierre este sábado por problemas de renta / Numerosos leoneses dicen adiós a un bar que ya forma parte de su historia

A. CUBILLAS - LEONOTICIAS.COM

Viernes, 30 de enero 2015, 20:04

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Uno de los clásicos de la hostelería de la ciudad pone su punto y final. El Bar Cantábrico echará este sábado su cierre dejando tras de sí a un León un poco más huérfano de esas tradiciones que poco a poco echan el candado.

El 31 de enero de 2015 se pone fin a una historia que comenzó hace justo ahora 52 años José María Fernández, un apasionado amante de una profesión en la que se inició con tan solo 12 años en el Casino de Valencia de Don Juan.

Tras esta barra, José María construyó una familia, vio crecer a sus cuatro hijos y fraguó buenas amistades. El Cantábrico simplemente era su vida y, paradojas del destino, ambos se han querido despedir de León al mismo tiempo.

Una semana después de su fallecimiento, el bar echará el cierre. «Tenemos la sensación de que un trozo de nosotros se nos va. Primero ha sido mi padre y ahora este bar dónde hemos crecido los cuatro hermano», asegura Mirta, una de las hijas de José María, que asegura que este sábado «se pone fin a una época más».

El final de una saga hostelera

Entre sus paredes, más de medio siglo sirviendo café, compartiendo un tinto o invitando a unos churros. Con su cierre se pone punto y final además a la conocida como «vieja escuela del Alaska». Ese trato personal y cercano con los clientes, los platos combinados y las clásicas meriendas con las tortitas como plato estrella.

Bien saben de ello Rosalía, quizá una de las clientes más fieles de esta bar, a la que se le empañan los ojos pensando que no volverá a estar sentada donde tantos y tan buenos momentos ha compartido con familia y amigos. «Tendremos que acostumbranos, pero un trato y una calidad como esta es inmejorable».

Opinión que también tiene Pilar, Simón y Félix que comparten la mesa con Rosalía y que durante décadas han estado viniendo al Cantábrico para disfrutar además de los pocos establecimientos que quedan en León «donde uno puede sentarse tranquilamente y charlar con sus amigos sin que sea tomar el vino e irse».

Circunstancias ajenas

El cierre está motivado por el importante incremento de la renta del local, que hace imposible mantener las puertas abiertas de este establecimiento. Han sido muchos los esfuerzos de la familia que con resignación ven cómo desaparece el hogar donde crecieron, el sueño de su padre, al que le ocultaron antes de morir la imposibilidad de alcanzar un acuerdo.

«Nos vemos obligados a cerrar porque no hemos llegado a un acuerdo. Nosotros teníamos una renta actualizada pero nos han pedido una subida tan importante que no era imposible seguir», asegura Mirta, que entiende que ahora es momento de mirar hacia adelante, hacia un futuro en el que no se descarta que pueda existir un nuevo Cantábrico.

«Nos gustaría poder reabrir bien aquí u en otro local. Estamos un poco aterrizando, por lo que nos tenemos que sentar y ver qué podemos hacer», señala Mirta, que recuerda que uno de sus hermanos ha trabajado durante toda la vida tras la barra de este bar.

Y así, igual que un día llegó, se despide para siempre de un León cuya historia no se escribe sin bares tan emblemáticos como el Cantábrico.

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